El Gobierno convoca a los partidos para buscar un gran pacto sobre la inmigración

El PP, que celebra una cumbre sobre el asunto, no se sumará al acuerdo si el Ejecutivo no rectifica su política Los socialistas están dispuestos a cerrarlo aún sin los populares

Diario Sur, 07-10-2006

La vicepresidenta primera del Gobierno se reunirá la próxima semana con los portavoces de todos los grupos parlamentarios en el Congreso de los Diputados para intentar alcanzar un gran pacto nacional de inmigración. Si el PP lo rechaza, lo que ocurrirá salvo que el Ejecutivo asuma un cambio radical de su política, María Teresa Fernández de la Vega seguirá adelante para tratar de llegar a un acuerdo con el resto de partidos.

La número dos del gabinete socialista ya ha mantenido conversaciones informales sobre esta cuestión, pero será este miércoles cuando tome el primer contacto oficial. En él intentará «sentar las bases de un gran acuerdo nacional» en un asunto que cada vez preocupa más al Gobierno por la alarma social que está generando. Tras tomar las riendas de este problema que, en teoría, compete a los Ministerios del Interior y de Trabajo y Asuntos Sociales, la número dos del Ejecutivo recibió el encargo del presidente Zapatero de volver a explorar las posibilidades de conseguir un gran acuerdo.

Inmediatamente después de su primer contacto con el portavoz del Grupo Popular del Congreso, Eduardo Zaplana, fuentes de este partido indicaron que no hubo avances y se mostraron escépticos ante la posibilidad de que las conversaciones lleguen a buen fin. Sólo mediante una «rectificación en toda regla» por parte del Ejecutivo socialista, los populares se plantean tener en cuenta la oferta.

Mariano Rajoy volvió a insistir ayer en su enmienda a la totalidad de la política del Gobierno en esta materia. Según el líder de la oposición, «no podría haberse hecho peor» y señaló que la actuación del Ejecutivo ha generado problemas y una mala imagen de España en la Unión Europea. «Fuimos triturados en la UE porque nadie entiende nada de lo que se hace aquí», afirmó el presidente del PP.

Responsabilidad

De la Vega pidió ayer a todas las formaciones, y en especial al PP, «responsabilidad» ante un asunto de esta envergadura y se comprometió a abordar las reuniones«con el mejor espíritu de buscar un acuerdo». «No quedará por mi parte», adelantó. En sus declaraciones públicas, tanto el Gobierno como el PSOE pusieron el acento en lo que les une al PP en esta materia. La vicepresidenta y el responsable socialista de Movimientos Sociales, Pedro Zerolo, aplaudieron la propuesta de los populares de crear una agencia de inmigración porque coincide con un compromiso electoral del PSOE ya aprobado en la Ley de Agencias Estatales.

Desde el primer partido de la oposición durante la conferencia de inmigración celebrada ayer, se criticaron ampliamente las medidas adoptadas por el Gabinete de Zapatero al que culparon del «problema humanitario» y la llegada masiva de inmigración irregular. Lejos de asumir un posible punto de encuentro, el PP aprobará hoy su propio plan de medidas que tiene previsto someter a votación en el Congreso. Acebes acusó a Zapatero de haber «dinamitado todos los consensos» cuando llegó al poder y dijo que ahora, «cuando se ve desbordado pretende endosar el problema al PP».

Diversas fuentes gubernamentales y socialistas se mostraron convencidas de que el acuerdo es posible si el PP pone voluntad. No obstante, admiten que si el primer partido de la oposición se niega su rechazo no será un escollo para cerrar un pacto con el resto de formaciones con representación parlamentaria. En ese caso, tratarían de retratar al PP como el partido que rechaza iniciativas que a juicio del resto de partidos son positivas para resolver el problema. «Si no quieren el pacto, que los ciudadanos juzguen», aseguraron.

Ingenuidad política

Desde el partido opositor, Josep Piqué también apostó por un «gran pacto de Estado» para afrontar el fenómeno que «va a ultrapasar a los gobiernos» y estará «por encima de alternancia política». Sin embargo, dijo que «en las circunstancias actuales, sería una clara ingenuidad política» pactar.

En consecuencia, el PP ha hecho de la inmigración su caballo de batalla favorito de cara a la campaña para las elecciones autonómicas y municipales, donde gobiernos y alcaldías populares plantearán políticas alternativas a las de los socialistas, además de acusar al Ejecutivo central de no colaborar con el resto de las administraciones en este terreno.

Discurso renovado

El PP ha renovado su discurso sobre el fenómeno migratorio para presentar la llegada de extranjeros como un elemento positivo y un factor de progreso para el país. En la primera jornada de la conferencia, todos los oradores se esforzaron por poner de relieve la cara más amable de la inmigración, pero afirmaron que sólo será beneficioso para España con la aplicación de su política, mientras que se convertirá en un problema grave si continúa el Gobierno socialista.

Ángel Acebes, como número dos del partido, Alberto Ruiz Gallardón y Esperanza Aguirre en su condición de alcalde y presidenta autonómica de Madrid, así como Piqué, aunaron sus voces para defender la necesaria presencia de los trabajadores extranjeros en España.

Acebes reconoció que «si España es un país próspero lo es, en buena medida, por los inmigrantes». El popular atribuyó a la política de Zapatero el hecho de que la inmigración se haya convertido en el segundo problema que preocupa a los ciudadanos después del paro. «Hace falta un cambio», afirmó y acusó al Gobierno de que «con sus maniobras propagandísticas, ha contribuido a cebar la gran lacra de esa nueva esclavitud».

Los dirigentes populares concluyeron que la suya es la única política alternativa posible. Acebes fue más lejos y aseguró que «nosotros somos los únicos que podemos garantizar que la inmigración no sea un problema sino una oportunidad». Señaló que, para que la inmigración «siga siendo un factor positivo», es necesario que sea «legal y controlada» y añadió que «la convivencia sólo es posible con valores comunes», por lo que «el secreto de la integración está en que los inmigrantes acepten nuestras leyes».

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