Once saharauis rescatados en alta mar aseguran que otros veinte inmigrantes se ahogaron
ABC, 06-10-2006ERENA CALVO/LUIS DE VEGA
LAS PALMAS/TÁNGER. Los once inmigrantes que fueron rescatados a última hora de la tarde del miércoles por el buque belga «Saf Marine Nimba», entre ellos cuatro menores, no eran los únicos ocupantes de la pequeña lancha neumática con la que pretendían alcanzar Canarias. Habían salido de de las playas de Bojador, y la mayoría eran saharauis, según ha podido saber ABC. A su llegada al puerto grancanario de La Luz, ya en la madrugada del jueves, aseguraron a los miembros del Equipo de Respuesta Inmediata de la Cruz Roja que otros veinte compañeros viajaban con ellos. Pasada la una de la mañana, llegaban a las instalaciones portuarias de Las Palmas de Gran Canaria, donde les esperaban varias ambulancias para atenderles. Todos ellos se encuentran en perfecto estado de salud, según confirmaron ayer fuentes de la organización humanitaria y de la Delegación del Gobierno.
El responsable de los dispositivos de respuesta inmediata en Canarias, José Antonio Corujo, explicó a ABC que al descender del «Saf Marine Nimba», los inmigrantes relataron que la embarcación se había partido en dos y que el resto del pasaje no había logrado sobrevivir. Para Corujo esa situación era «muy probable».
A pesar de que en un principio fuentes de la Delegación del Gobierno en Canarias no confirmaron que hubiese más náufragos, al cierre de esta edición informaban de la apertura de una investigación al respecto. «Es cierto que la lancha, que tenía ocho metros de eslora, se partió por el peso que soportaba y los golpes de mar», afirmó a ABC el delegado del Gobierno en las islas, José Segura Clavell. Se aprecia «en una fotografía» que obra en su poder, en la que además «se puede ver el cadáver de un inmigrante dentro de la embarcación».
Esta imagen confirmaría que los once indocumentados viajaban con más compañeros. «Se les apareció la virgen en forma de buque portacontenedores», recalcó Segura, quien quiso destacar «la importante labor del «Saf Marine Nimba»», que salvó a los once inmigrantes de «una muerte segura».
El barco belga, que había zarpado de Algeciras, atravesaba Canarias camino de Togo, explicó el delegado, cuando localizó a los inmigrantes a la deriva a unas 120 millas al sur de Gran Canaria. «Inmediatamente avisó a Salvamento y se le dieron instrucciones desde Capitanía Marítima para que procediese al rescate».
Desde el vecino continente, fue la familia de uno de los náufragos la que dio la señal de alarma al desconocer desde hacía varios días el paradero de Sidahmed Lahmad. Llamaron desde El Aaiún a El Habiba Hadifi, otro familiar que llegó en 1996 a Fuerteventura en patera y que actualmente reside en Las Palmas. «Me dijeron que Sidahmed estaba detenido por policías marroquíes o se había ido en una barca. Entonces llamé al teléfono de emergencias», explicó Habiba a ABC. Pero en el 112 no estaban al corriente de ningún rescate.
Finalmente, cuando el buque belga dio con los restos de la embarcación al sur de Gran Canaria y rescató a los once supervivientes se empezaron a atar cabos. Habiba se enteró de que entre los que viven para contarlo está su tío Sidahmed. La última vez que habló con él por teléfono fue hace dos semanas, pero no le había dicho nada de sus planes de emigrar.
Angustia en El Aaiún
El Aaiún vivía ayer momentos de angustia e incertidumbre al saberse que dos terceras partes de los 31 integrantes de la expedición podrían haber muerto ahogados en el Atlántico. La familia Burial, del barrio de Casa Piedra, daba por desaparecidos a dos de los suyos, aunque al cierre de esta edición no había datos oficiales de los fallecidos.
En el pasaje, según el activista saharaui de derechos humanos Hmad Hammad, sólo iban dos o tres marroquíes. El grueso eran saharauis y muchos de ellos de tendencia «independentista», lo que podría explicar el miedo de la familia Lahmad a que Sidahmed hubiese sido detenido por los agentes marroquíes.
Habiba reconoce que «aún hay datos por aclarar», pero que parece ser que la expedición zarpó «en torno al 29 ó 30 de septiembre de las playas de Bojador», a unos 150 kilómetros al sur de El Aaiún, y que «fueron ellos mismos sin la colaboración de las mafias los que compraron la embarcación».
Sin poder confirmar por el momento la existencia de más fallecidos, el cuerpo localizado ayer se suma a los miles de inmigrantes que, según las organizaciones humanitarias, han perdido la vida en el Atlántico desde que comenzó el año tratando de alcanzar las costas canarias. De ellos, más de 700 han muerto al llegar a las islas, o sus cuerpos han podido ser recuperados del «gran cementerio azul».
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