El traslado, finalmente en barco, de los 72 vehículos todoterreno, 14 microbuses, 40 motocicletas y 26 quads donados por España a Marruecos para ayudar al país vecino a controlar sus fronteras y combatir la inmigración ilegal ha desatado una verdadera tormenta en el plano político que amenaza con extenderse hasta las próximas elecciones.

Así, mientras el Partido Popular ha presentado una batería de preguntas por escrito, desde la Ciudad Autónoma el posicionamiento ha sido claro desde el principio: «Si los vehículos no entran por Ceuta, no deben ser entregados a Marruecos», dijo ayer su presidente, Juan Jesús Vivas.

Más expresivo fue el senador y presidente regional de los populares, Pedro Gordillo, que acusó a los socialistas de dejar a Ceuta desatendida.

También la Unión Demócrata Ceutí (UDCE), primer grupo de la oposición en la Asamblea ceutí, pidió al presidente Vivas que firme una declaración conjunta en señal de protesta por la negativa de Rabat a recibir los vehículos donados por España por la frontera de la Ciudad Autónoma.

Los socialistas, sin embargo, contraatacaron y pidieron al PP que explique por dónde pasaron los cañones que el Gobierno de José María Aznar vendió al país magrebí al precio simbólico de un euro la unidad poco después de la crisis de Perejil.

Las elecciones autonómicas se acercan, y las siempre complejas relaciones entre España y Marruecos son tema recurrente en casi cualquier mitin.

El hecho es que hacía 40 años que un barco carguero no salía desde Ceuta con destino a algún puerto del vecino Marruecos. Ayer, el Sara I, fletado por la empresa magrebí Comarit y consignado por Acciona Trasmediterránea, rompía esa estadística con el cargamento más polémico que se recuerda en la reciente historia portuaria de la Ciudad Autónoma: 72 vehículos todoterreno, 14 microbuses, 40 motocicletas y 26 quads. Los mismos que Marruecos se negó a recibir por la frontera de El Tarajal aduciendo «razones técnicas».

Según el delegado del Gobierno en Ceuta, Jenaro García – Arreciado, lo único que cambia es que los vehículos se entregarán por mar en vez de por tierra, pero la entrega se seguirá haciendo desde Ceuta hasta territorio marroquí. García – Arreciado afirmó que «Marruecos tiene problemas técnicos, y donde dice problemas técnicos no hay ningún apéndice que especifique que se refiere a otra cosa».

Estos problemas pueden ser «que no tiene su frontera acondicionada para el tránsito comercial, como nosotros sí tenemos la nuestra». Con estas palabras, García – Arreciado intentaba rebajar el tono de la polémica, pero lo cierto es que él mismo reconoció el lunes que el traslado por mar de los vehículos podía levantar suspicacias «porque pudiera presuponer una cierta falta de reconocimiento de Ceuta».

Fuentes del PSOE afirmaron, por otra parte, que los problemas técnicos son los derivados del alto número de personal necesario para la conducción de los vehículos hacia Tánger y la carestía del combustible necesario para realizar la operación.

Entretanto, los sindicatos y las plataformas de la Policía Nacional y de la Guardia Civil aprovechan la situación para volver a poner de manifiesto la delicada situación en la que se encuentran los vehículos de los que disponen en Ceuta.

Así, la Asociación Unificada de la Guardia Civil denunció que «hay vehículos que no son apropiados para el servicio e incluso tendrían problemas para pasar la ITV», según su portavoz, Juan Amado. Algunos miembros de los Cuerpos de Seguridad reconocen que en muchos vehículos se aprecian deficiencias en la dirección asistida, abolladuras en la carrocería y sirenas que no funcionan.