La asistencia legal colapsará la frontera pirenaica

La Razón, 04-10-2006

R. L. V.
Madrid – La reciente reforma del Reglamento de Extranjería, que obliga a
prestar asistencia letrada a toda persona a la que se le niegue su entrada
en España o vaya a ser expulsada, amenaza con colapsar la frontera
pirenaica. Eso teme, al menos, la Policía, que prevé un importante atasco
administrativo de inmigrantes y abogados porfiando con las autoridades por
aclarar los términos de la expulsión. Por no hablar, explican fuentes del
cuerpo, del importante problema que supondrá poner abogados a disposición
de los cientos de ilegales que entrar a diario por el paso.
Hasta
ahora, y en aplicación del convenio de readmisión que había suscrito con
Francia, no se estaba prestando la citada asistencia, lo que agilizaba los
trámites, aunque se tratara de una medida manifiestamente ilegal, según
explicaron fuentes del Consejo del Colegio de Abogados de Cataluña. «Todo
el que se encuentre en situación de ser expulsado, devuelto o que no sea
admitido tiene derecho a asistencia letrada, independientemente de la
existencia de convenios de readmisión», explicaron estas fuentes, que,
además, no creen que el panorama en la frontera del norte vaya a ser tan
negro como vaticinan desde la Policía. El problema, explican, es que en
España no se están haciendo los controles fronterizos de manera correcta.
«Se están efectuando de manera sistemática cuando deberían hacerse de
manera aleatoria, pues con la entrada en vigor de Schengen desaparecieron
las fronteras interiores». Y con ellas, añaden, los férreos chequeos que
todavía se hacen.
«Si las cosas se hacen bien, como establece
la ley, no será preciso crear un turno de oficio de miles de abogados
porque no habrá que hacer miles de controles, por lo que no se llegará en
modo alguno a la situación de colapso de la que habla la Policía»,
explican.
En opinión de estas fuentes, si hay algún punto en el que
se deben extremar la vigilancia y los controles ese es Austria, donde se
encuentra la frontera exterior de la Unión Europea. «Pero una vez dentro,
y salvo en situaciones excepcionales de seguridad en el que se suspende el
Tratado de Schengen, las fronteras no existen y los controles no pueden
seguir realizándose como si aún siguieran en pie», concluyeron.

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