Quinientos subsaharianos, listos para saltar a Melilla

La Razón, 04-10-2006

Madrid – Unos quinientos subsaharianos se concentran en la actualidad en la
ciudad marroquí de Oujda, fronteriza con Argelia, como paso previo para
viajar hasta Melilla e intentar saltar la valla que separa la ciudad
autónoma del país africano, según han informado a LA RAZÓN fuentes
conocedoras del asunto. Este problema, que parecía olvidado después de los
asaltos masivos registrados en septiembre y octubre del pasado año, se
reavivó el lunes cuando cuarenta individuos intentaron saltar las
alambradas que separan Marruecos de Melilla. Cinco de ellos resultaron
heridos y se les permitió entrar en España por razones humanitarias, para
ser atendidos en un hospital. Durante los últimos meses del año pasado,
Oujda era el punto de reunión de los inmigrantes subsaharianos que se
dirigían a Melilla, de la que dista 150 kilómetros, y, con posterioridad,
a Ceuta. Los subsaharaianos atraviesan la frontera de Argelia desde
Maghania y se concentran en la zona de la universidad de Oujda. Allí
preparan el viaje y, en grupos, se dirigen a los alrededores de la Ciudad
Autónoma para preparar el asalto a las vallas. Rutas alternativas La
llegada del mal tiempo, que va a dificultar la travesía de los cayucos
desde la costa africana hasta las Islas Canarias, puede reactivar el
«frente» terrestre de la inmigración ilegal, con Melilla y Ceuta como
principales objetivos de los subsaharianos sin papeles. Las Fuerzas de
Seguridad del Estado disponen de informaciones que indican que la cifra de
quinientos individuos que se concentran en este momento en Oudja puede ir
en aumento en las próximas semanas. Por la frontera argelino – marroquí ha
comenzado a circular esta semana el rumor de que Bruselas ha iniciado
negociaciones políticas con Argel para cortar el flujo de inmigrantes
clandestinos por el paso. Africanos y subsaharianos temen que Argelia
bloquee la frontera con Marruecos y les haga imposible acceder a las rutas
tradicionales de inmigración, lo que estaría acelerando su llegada a este
punto de reunión, según informa Pedro Canales. Durante los últimos meses
del año pasado, en plena efervescencia de la inmigración ilegal, el número
de personas que llegaron a estar en esta zona superaba los siete mil.
Operación policial Hace unos días, las autoridades de Marruecos realizaron
una operación contra las mafias de la emigración que operan en ese
territorio y detuvieron a varios individuos de nacionalidad nigeriana que
se dedicaban a la falsificación de euros y a la confección de documentos,
también falsificados. Este dato se cita por las fuentes consultadas como
indicativo de que dichas mafias han vuelto a trasladar su zona de
actuación a la frontera entre Argelia y Marruecos ante la previsión de la
llegada de muchos inmigrantes dispuestos a pagar el precio de que sea
necesario para entrar en Europa. El coste para llegar desde la frontera
argelina hasta Europa oscila entre los 3.000 y los 4.000 euros. Los
«camellos» marroquíes – guías de las redes mafiosas que conducen a los
inmigrantes – piden 2.500 euros por llevarlos hasta algún punto de embarque
en caso de que quieren cruzar el estrecho en patera. A tenor de estos
datos, todo parece indicar que numerosos inmigrantes subsaharaianos van a
utilizar en las próximas semananas la frontera de Melilla para intentar
entrar ilegalmente en España rompiendo la buena tendencia que se había
mantenido en los últimos tiempos. A mediados del pasado mes de septiembre,
el delegado del Gobierno en la ciudad autónoma, José Fernández Chacón,
aseguró que la presión migratoria que soporta la ciudad es «la más baja»
de los últimos diez años, reduciéndose «considerablemente» los intentos de
entrada ilegal por la colaboración con las autoridades marroquíes y el
refuerzo de la seguridad fronteriza. En los últimos meses, el vallado ha
sido mejorado mediante unas obras que han incluido su recrecimiento de los
tres a los seis metros de altura y la instalación de una sirga
tridimensional – una especie de tela de araña metálica diseñada para no
causar heridas – y que están a punto de concluir. Se confía en que ello
contribuya a disuadir a los emigrantes. Lo ocurrido el pasado lunes,
cuando cuarenta personas quisieron saltar las vallas y cinco quedaron
atrapadas en las alambradas, hace temer que, pese a todo, muchos lo van a
intentar, con lo que se volvería a plantear el mismo problema que en
octubre del pasado año. En aquella ocasión, fueron miles los subsaharianos
que, en grupos numerosos y perfectamente organizados para desbordar a los
efectivos de las Fuerzas de Seguridad apostados en la zona, se lanzaron al
asalto del perímetro fronterizo aprovechando las madrugadas. Como
consecuencia de tan masivos asaltos, el Gobierno se vio obligado a
construir una tercera valla en la zona y José Luis Rodríguez Zapatero hubo
de dar la orden de desplegar efectivos del Ejército para que patrullasen
la zona. Sólo después de que los soldados comenzasen las patrullas pudo
frenarse de manera efectiva esta salvaje avalancha que puso de relieve el
tremendo problema de la inmigración clandestina procedente del África
subsahariana. Más colaboración El presidente melillense, Juan José
Imbroda, reclamó ayer al Gobierno que busque «una colaboración efectiva»
de Marruecos para evitar entradas de inmigrantes porque considera que «con
unas vallas no es suficiente». Agregó que la «sirga tridimensional y las
dos vallas de seis metros de altura cada una suponen un obstáculo, pero
aún así los inmigrantes intentan saltar y lo consiguen como el lunes». Por
este motivo, recalcó que la valla «no basta para frenar la inmigración»,
ya que «es fundamental la colaboración de Marruecos, como lo hizo el año
pasado con las avalanchas». Imbroda pidió al Gobierno que no baje la
guardia tanto en la inmigración adulta como sobre todo en la infantil,
pues a Melilla siguen llegando menores marroquíes no acompañados, lo que
ha saturado las plazas de los centros al sumar ya 325 niños acogidos.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)