La ampliación de la UE, con la incorporación de nuevos miembros de pleno derecho, y el número cada vez mayor de inmigrantes procedentes de los países del Este tendrá consecuencias electorales en España. Los ciudadanos de Bulgaría y Rumanía, que sólo hace unos años viajaban durante días en autobús y pasaban los Pirineos de noche con miedo a ser devueltos a su país, dejarán de ser sin papeles para convertirse en enero de 2007 en ciudadanos europeos de pleno derecho, gracias a la incorporación oficial de sus países a la Unión. Y como tales, podrán elegir y ser elegidos en las próximas elecciones municipales del mes de mayo. Su incorporación al censo electoral no es automática, para convertirse en electores y elegibles, los rumanos y búlgaros inscritos en los padrones municipales tendrán que rellenar un cuestionario para manifestar su voluntad de votar en las elecciones locales españolas. En total, son 400.000 los ciudadanos procedentes de estos países que residen en España. La cuestión no es menor, puesto que el voto de estos electores puede ser decisivo en algunos pueblos y ciudades, como es el caso de las localidades del corredor del Henares (Madrid) o Castellón y Benicasim. Los partidos políticos españoles ya se están preparando para disputar el voto de estos nuevos ciudadanos que en algunos ayuntamientos puede determinar la elección de hasta dos y tres concejales. Lo que no está claro es en qué dirección. Aunque se suele presumir que son votantes de izquierdas, en el PP consideran que los inmigrantes son mayoritariamente conservadores.