ÁLVARO PAYO/PDS/FUENGIROLALa Feria de Fuengirola de este año no ha podido comenzar de forma más accidentada. Durante la celebración de la romería en honor a la Virgen del Rosario, a primera hora de la noche del pasado domingo, un grupo de jóvenes de etnia gitana y agentes de la Policía Local se enzarzaron en una reyerta que acabó con un total de 13 heridos, cuatro de ellos agentes de la Policía Local, y otros dos menores de edad.

En un comunicado emitido por la Policía Local, se afirma que la Cruz Roja requirió a las 21.20 horas la presencia de varios agentes debido al inicio de «una fuerte reyerta en la que estaban participando miembros de una misma familia» en la parte trasera de la peña de CEPYME en el recinto ferial. Una vez allí, fuentes del cuerpo de seguridad aseguraron que uno de los agentes «fue atacado por la espalda, tirado al suelo y pateado, y como consecuencia sufre politraumatismo con contusiones múltiples». Ante esta situación, afirman que tuvieron que hacer uso «de las defensas reglamentarias» para disolver la reyerta, siendo respondidos «con piedras, botellas y otros objetos contundentes».

Discusión familiar

Por el contrario, nueve jóvenes denunciaron ayer en los juzgados de Fuengirola a los agentes, acusándoles de haberles agredido sin motivo. «Sólo estaba discutiendo con mi hermano pequeño porque quería que se fuese ya a la casa cuando varios agentes empezaron a golpearnos con las porras sin mediar palabra», explica Sebastián Lucas, de 22 años y que ayer presentaba varios hematomas en el cuerpo como consecuencia del enfrentamiento. Sus otros dos hermanos, Juan Manuel (20 años) y José (18 años), tuvieron que recibir varios puntos en la cabeza a resultas de los golpes.

«Algunos nos acercamos para intentar separar y también fuimos recibidos a porrazos. Y yo estaba paseando con mi hija de dos años cuando fui agredido por los policías», declaró Francisco Javier, otro de los jóvenes del grupo de denunciantes, entre los que hay dos menores de 14 y 16 años.

Aunque la Policía Local aseguró que participaron 22 agentes en el dispositivo (16 de la Policía Local y seis del Cuerpo Nacional), ellos afirman que acabaron personándose «unos 60, y cada uno teníamos a seis o siete agentes golpeándonos sin parar». Los jóvenes y sus familiares no dudaron en tachar la actuación policial como «un ataque racista», ya que los denunciantes son de etnia gitana. Los jóvenes como los policías se acusaron mutuamente de impedir la atención médica a los heridos.