ANA DEL BARRIO

MADRID.-El sufragio de este grupo será decisivo en algunas localidades de Castellón y del Corredor del Henares Deberán contestar una carta del INE expresando su deseo de acudir a las urnas el 27 de mayo Aquellos inmigrantes que llegaban de manera clandestina a España viajando durante varias jornadas en autobús, pasando la frontera de los Pirineos de noche y con miedo a ser devueltos a su país por la Policía española dejarán de ser sin papeles para convertirse el 1 de enero de 2007 en ciudadanos europeos de pleno derecho.

Unos 330.000 rumanos y 80.000 búlgaros empadronados en España podrán votar en los comicios municipales del próximo 27 de mayo de 2007, si se cumplen todas las previsiones de ingreso de estos dos países balcánicos en la Unión Europea el año que viene, según informó ayer a este diario el Instituto Nacional de Estadística (INE).

El voto de estos ciudadanos puede ser decisivo en algunos municipios madrileños del Corredor del Henares y en varias zonas de Castellón, donde se concentra una gran población de inmigrantes rumanos.

En algunas localidades como Castellón de la Plana, Villarreal o Benicasim, la influencia del voto rumano podría determinar la elección de uno o dos concejales. Lo mismo puede suceder en algunas localidades madrileñas como Alcalá de Henares, donde el PP consiguió la Alcaldía tras unos resultados muy reñidos.

Todos los ciudadanos europeos tienen derecho al sufragio activo y pasivo (ser no sólo elector, sino también candidato elegible) en los comicios municipales, pero no en los autonómicos o generales. A los rumanos y búlgaros hay que sumar otros 890.000 ciudadanos europeos que también podrán acudir a las urnas. Británicos, alemanes e italianos son las nacionalidades europeas más numerosas que se asientan en las zonas del litoral español.

La oficina del censo electoral se dirigirá en diciembre de 2006 a los rumanos y búlgaros inscritos en los padrones municipales «a fin de que manifiesten, si lo desean, la voluntad de votar en España en elecciones municipales», según una nota difundida ayer por el INE, en un apartado dedicado a Rumanía y Bulgaria.

Estos 400.000 inmigrantes ya están inscritos en el padrón municipal y también figuran en el censo. En torno al mes de diciembre o enero, recibirán una misiva en la que se les pedirá que expresen su deseo de acudir a las urnas en España. Los interesados deberán devolver la carta al INE y, a partir de este sencillo trámite, ya podrán votar.

Lo mismo sucedió en su día con la última ampliación de la UE en la que se incorporaron al censo electoral ciudadanos de otros 10 países europeos. Sin embargo, en aquella ocasión las cifras de posibles votantes eran escasas, ya que los ciudadanos polacos sólo alcanzan a 45.000.

Ahora, sin embargo, están en juego 400.000 sufragios, que pueden ser muy golosos para los partidos políticos. De hecho, ya se están detectando movimientos de las formaciones políticas hacia las ONG que trabajan con inmigrantes de estas nacionalidades.

«El voto de los rumanos va a tener una incidencia muy importante en determinadas localidades. Va a haber una correlación directa entre la comunidad rumana y quien detente la Alcaldía», asegura Félix Ducha, experto en flujos migratorios entre Rumanía y España. Ducha destaca el enorme incremento de ciudadanos de esta nacionalidad que se han instalado en nuestro país: «Hemos entregado una parte de nuestra soberanía a inmigrantes ilegales, que ahora tienen plenos derechos y van a decidir sobre nuestros impuestos. Los rumanos nunca hubiesen consentido que 350.000 extranjeros se instalasen en su país».

En tan sólo cinco años, los rumanos se han convertido en la tercera comunidad de inmigrantes más numerosa de España y ya hay cerca de 380.000 empadronados. Para hallar los datos del censo, el INE ha eliminado a los menores de 18 años y por eso la cifra desciende en unas 60.000 personas.

Durante 2005, los rumanos fueron los inmigrantes que más crecieron, con un incremento de 64.000, y están cerca de alcanzar a nacionalidades que llevan años asentadas en nuestro país, como los marroquíes o los ecuatorianos.