“LA gente no conoce y, por tanto, tiene una imagen distorsionada de los inmigrantes”, asegura la miembro de SOS Racismo Silvana Luciani. Y es que fue esta realidad la que llevó a un grupo de jóvenes, en unas jornadas interculturales de hace un año y medio, a formar, dentro de SOS racismo, una plataforma que se dedicara a diferentes actividades de denuncia y sensibilización.

“SOS Racismo tiene una oficina de información y denuncia, se ocupa de asesorar jurídicamente a los inmigrantes. Por eso, nosotros surgimos para llegar donde ellos no pueden, para hacer actividades de calle”, explica Luciani.

Desde entonces, este grupo de unos veinte jóvenes de entre 19 y 32 años, organiza diferentes proyecciones de películas y exposiciones relacionadas con la inmigración. “Algunas han salido bien, pero otras no tanto”, apunta esta historiadora de 32 años. Además, afirma que también hicieron un concurso fotográfico, Donostia entre mundos, con el que querían reflejar la interculturalidad desde un punto de vista positivo. “A finales de año, lo volveremos a hacer y tratará de la mujer inmigrante”, comenta.

Sin embargo, probablemente su exposición más directa está siendo la de Los dos lados de la vall a, una continuación de la que presentaron a finales de julio y con la que, entre otras cosas, se recorrieron los bares de la ciudad para que estos colocaran en la entrada una pegatina con el lema: Aquí cabemos todos .

“Muchos dijeron que sí, otros dijeron que se lo preguntarían a su jefe porque él sólo era un empleado”, recuerda Luciani. Además, añade que otros locales, a los que fueron adrede porque no habían dejado entrar a amigos suyos porque tenían la piel oscura, pegaron el adhesivo “como si el asunto no fuera con ellos”. “Al poco tiempo lo retiraron y siguieron como siempre”, explica. Pero esto no desanima a Luciani y sus compañeros, ya que, según apunta, “hoy la colocarán tres, pero mañana serán seis los que lo hagan”.

Asimismo, dentro de la campaña actual, continuarán contestando a los correos electrónicos de las víctimas o los testigos de cualquier discriminación racista en la dirección respetaamiamig@gmail.com. “Una iniciativa que, por ahora, no ha tenido gran acogida, pero que creemos que, con algo más de tiempo y publicidad, dará resultado”, apunta.

Por otra parte, Luciani afirma que, en un futuro, quieren conseguir que las entidades que consideran más racistas, entre las que cita a “la hostelería, la Policía o las inmobiliarias”, se comprometan a respetar a los inmigrantes. “Por ejemplo, cuando quería alquilar un piso tuve problemas. Cuando llamaba yo me decían que ya estaba apalabrado. Si lo hacía un amigo español, le daban cita para verlo”.

Estas son las cosas que hacen que este grupo siga trabajando. “Los ciudadanos tienen que conocer las diferentes culturas que conviven con ellos”, asegura. Y concluye: “El racismo surge por el desconocimiento y, por tanto, hay que acabar con él”.