Una «acción de oro» llegada en patera

Los extranjeros muestran una actitud positiva hacia el sufragio, aunque en la mayoría de los casos no muestran grandes inquietudes políticas - El colectivo marroquí de El Ejido cree que su voto podría determinar el signo político del Ayuntamiento, dependiendo de la abstención de los autóctonos

La Razón, 02-10-2006

Madrid – Los inmigrantes quieren votar. Así se deprende de los testimonios
que ha recogido LA RAZÓN en El Ejido, Guissona, Fresnedillas de la Oliva,
Torrevieja, Calpe y Jávea. Estos pueblos tiene en común algo muy
particular: su alta tasa de población extranjera.
Los diez
municipios con más habitantes foráneos están en la Comunidad Valenciana y,
en concreto, en Alicante. En algunos de ellos han sido extranjeros los que
han tomado la iniciativa política al margen de los partidos tradicionales.
Es el caso del británico ColinTimms, creador del Grupo Independiente de
Rojales (GRIP), el segundo municipio de esta provincia con más población
extranjera. En su web, con el 90 por ciento de las informaciones en
inglés, advierte a sus seguidores, ante la cercanía de las próximas
elecciones municipales, que se aseguren de que están registrados en el
censo y con el empadronamiento en regla «o de lo contrario perderán el
derecho a votar» .
Hasta 83 nacionalidades. Por otra parte, en
Jávea, donde conviven residentes de hasta 83 nacionalidades, dos ingleses
y una holandesa son los fundadores de Nueva Jávea.
Desde este
partido se ha pedido a los ciudadanos europeos que residen en la localidad
que acudan al ayuntamiento a empadronarse y voten porque de esta manera
«conseguirán mejorar los servicios públicos» de la localidad en la que
residen.
Aunque quizás su nombre no sea conocido, Mahmoud Hassan
Al – Omari Susan, de profesión oftalmólogo, cuenta en su currículum con la
hazaña de haber llegado a ser el primer alcalde musulmán en España después
de la Transición. Gobernó entre los años 1991 y 1997 la localidad
sevillana de Villanueva del Río. Hoy ejerce de concejal en el mismo
municipio. A pesar del cariño que le profesa su pueblo reconoce que en
ocasiones su origen se convirtió en una traba. Por ejemplo cuando el
presidente de Andalucía, Manuel Chaves, declinaba reunirse con él alegando
que «mientras el moro gobierne yo no me reuniré con el alcalde de
Villanueva del Río».
En cualquier caso las inquietudes
políticas entre los inmigrantes suelen ser bajas. La mayoría viene a
España con el firme objetivo de encontrar trabajo y, cuando se tiene que
«sobrevivir», la política queda relegada a un segundo plano.
Esta circunstancia no implica que no les parezca positivo poder elegir a
sus gobernantes. Muchos coinciden en que no se dejarían llevar por la
nacionalidad a la hora de emitir su sufragio. «Votaría a aquel que mejor
defienda mis intereses» nos cuenta Abdelaziz Faruki.
Este
marroquí llego a España hace 18 años huyendo de un futuro poco prometedor
en su país de origen. El hecho es que, sean cuales sean sus preferencias,
el voto inmigrante podría convertirse en los comicios municipales en los
que se les permita ejercer este derecho en la «acción de oro» de los
partidos políticos.
Informan: Cristina Garrido, Rocío Ruiz, A.
Garrido, Joan Planes y Paula Ruiz

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