Zapatero llama a los conservadores a rebelarse contra la «derecha extrema»
Dibuja un PP «atrapado en sus falsedades» sobre el 11-M para no reconocer su derrota electoral
La Razón, 02-10-2006Esther L. Palomera
Madrid – Mal día el que eligió el PSM para proclamar a Simancas candidato a
la Comunidad de Madrid. El centro del debate político estaba en el auto
del juez Garzón que imputó a los peritos que vincularon a ETA con los
islamistas del 11 – M, y el presidente del Gobierno estaba ayer más por
fijar posición sobre la polémica del ácido bórico y los informes de la
Policía científica, que en la batalla de Madrid. Así que el candidato se
tuvo que conformar con unos cuantos elogios sobre su «honestidad y
principios», y ceder el protagonismo a la clave nacional. Y no es que
Zapatero se refiriera expresamente, en el madrileño municipio de Alcorcón,
a las investigaciones judiciales, ni a la sustancia que la Policía
encontró en casa de Asan El Haski y en un piso de ETA. No, pero sí situó
al PP en el centro de toda esta polémica al hablar de una derecha
«atrapada en sus falsedades porque no puede presentar ningún proyecto a
los españoles, ni de futuro, ni creíble».
«Están
atrapados – prosiguió – desde hace tiempo en falsedades como las armas de
destrucción masiva; en falsedades como las que nos contaron ante la
tragedia que los españoles vivieron entre el 11 y el 14 – M (…). Y, ahora,
más falsedades para intentar tapar su fracaso, y no reconocer una derrota
electoral que fue limpia, clara y contundente». Así, con estas palabras,
el presidente se adentraba en el significado de la democracia, en la que
«esconderse y atraparse en falsedades no lleva más que a perder el tiempo,
y a que el proyecto del PP tarde más tiempo en renovarse y ser una oferta
política creíble». «Preocupado», así, por el camino que sigue el partido
de Rajoy, Zapatero considera una obligación, desde su condición de jefe
del Ejecutivo, hacer una llamamiento a la rebelión democrática. Así fue
como se dirigió explícitamente a los «ciudadanos conservadores de este
país para que no se dejen llevar, y respondan democráticamente a la
derecha extrema que quiere falsear la Historia y la realidad para crispar
la convivencia de los ciudadanos».
La opción de la izquierda
Era un mensaje para que la militancia popular plante cara a las teorías de
la conspiración que suscriben algunos miembros de la dirección del PP, y
para los votantes del centro – derecha. Porque la llamada que hizo Zapatero
se entendió cuando habló del PSOE como de «una izquierda avanzada en la
que caben todos», como el primer guiño que hacía a los electores de un PP
al que vaticinó un incierto futuro electoral hasta que sea capaz de
remontar el vuelo.
Quiso en este mismo contexto sobre la
investigación del 11 – M, dar un apoyo expreso al trabajo de la jueces y
policías porque, enfatizó, «afortunadamente este país ha consolidado
instituciones muy serias, y los ciudadanos tienen gran confianza en la
tarea de la Policía, la Guardia Civil y el Poder Judicial». Prácticamente
no hubo más contenido que el 11 – M. Lo que habló sobre la buena marcha de
la economía, sobre la conversión de trabajos temporales en indefinidos,
sobre el superávit en las cuentas públicas, sobre las pensiones mínimas y
sobre la inmigración (por cierto, que volvió a la vertiente humanitaria
del problema)… estaba ya todo sabido.
Ausencias notables
Sólo subrayar que en esta «fiesta» de proclamación de Rafael Simancas como
contrincante de Esperanza Aguirre ni hubo pantallas gigantes, ni música
que amenizara, ni casi sonido… Sólo destacar la presencia de la
vicepresidenta primera del Gobierno, Teresa Fernández de la Vega, y el
ministro de Defensa, José Antonio Alonso. Hubo clamorosas ausencias del
Partido Socialista de Madrid, y también de la dirección federal del
partido. Por no estar, no estaba ni el secretario de Organización Federal
del partido, José Blanco.
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