María Teresa Fernández de la Vega: «El que llegue a España de forma ilegal, antes o después sale»
La vicepresidente asevera que el Estado quiere una inmigración legal «que es la que crea riqueza» De la Vega afirma que ahora se abre «el tiempo de los jueces» para esclarecer la masacre del 11-M
Diario Sur, 01-10-2006Número dos del Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero, vicepresidenta primera y portavoz del Gobierno, está en todos los frentes de la acción política, y resolviendo. La mujer que más alta responsabilidad ha ocupado en la historia política reciente, justifica con creces el cargo que, en principio, se atribuyó a la «cremallera». En esta entrevista, la vicepresidenta repasa los grandes temas de actualidad y algunos rasgos de su perfil político.
Estamos asistiendo a un cambio en el pensamiento de la izquierda, que usted está liderando, muy diferente a la tercera vía que parecía que era hasta ahora la última frontera.
Yo siempre he dicho que la tercera vía en el socialismo español la hizo Felipe González, y que ahora estamos en una nueva etapa que está liderando el presidente Zapatero y que es la etapa que hemos venido a denominar «avanzar en la democracia de los ciudadanos», la democracia de la ciudadanía, el pasar de una democracia representativa, que ya está garantizada, a una democracia más participativa, en donde el eje de toda acción política está en el ámbito de la ciudadanía. Esa es la nueva etapa que estamos liderando desde la socialdemocracia y ese es el debate que existe en el socialismo europeo, en el socialismo a nivel internacional.
Ha habido, dentro de esta evolución, un llamativo cambio, muy reciente, en materia de inmigración, un tema que ha tensionado la última conferencia política del Partido Socialista, ¿es posible conciliar esa nueva dureza con flexibilidad?
No ha habido cambios, no, yo es que no le admito la premisa. El Gobierno, hoy como Gobierno y antes como oposición, ha considerado que la inmigración es el reto, el desafío del presente y del futuro que tienen planteados todas las sociedades, sobre todo la inmigración en el mundo, en un mundo globalizado como el de hoy. Siempre hemos dicho que la inmigración es un tema de Estado, siempre hemos dicho que la inmigración es un tema complejo, y siempre hemos dicho que hay que aportar soluciones complejas a la inmigración derivadas de la complejidad que plantea el tema. Siempre hemos dicho que queremos una inmigración legal y ordenada, que la inmigración legal y ordenada crea riqueza, y que nosotros hemos pasado de ser una país de emigración a un país de inmigración, y que no olvidamos nuestra historia. Pero para tener una inmigración legal y ordenada hay que tener una política firme y definida de lucha contra la inmigración ilegal y ahí siempre hemos dicho lo mismo. Yo reto, porque permanentemente se está diciendo que hemos cambiado la política, a cualquier persona que analice mis declaraciones desde el primer día y verá que siempre he dicho que el que llega a España de forma ilegal antes o después sale, porque nosotros lo que buscamos es que los inmigrantes que vivan en nuestro país tengan los mismos derechos y las mismas obligaciones que los ciudadanos españoles, porque lo demás crea explotación y no es bueno crear esperanza para quien busca la esperanza huyendo un mundo de miseria y de hambre, que es en definitiva el origen de la inmigración.
Sí se ha notado un salto en el pensamiento común a raíz de sus últimas declaraciones, que sorprendieron por su contundencia.
Pero yo le invito de verdad a que usted mire mis declaraciones desde el principio de la Legislatura y verá que literalmente he dicho siempre lo mismo, lo que ha ocurrido es que se ha producido en un momento en que había muchísimas imágenes de inmigrantes irregulares arribando a las costas, y mis palabras se han enmarcado en un contexto que parecía diferente, pero el discurso era el mismo.
Bueno, se lo admito, por supuesto, lo que sí digo es que su discurso sorprendió por la contundencia y que dentro del PSOE, en la conferencia política, hubo diferencias entre los que hasta ahora pensaban que a los inmigrantes había que abrirles las puertas.
Nunca lo hemos pensado. Nosotros, no.
Pero sí existe esa sensibilidad en la opinión de la izquierda acerca de que era preciso no alzar muros
No, yo creo que eso es más bien donde ha querido llevar la derecha el discurso de la izquierda, pero no es el discurso de la izquierda. La izquierda quiere la inmigración legal y ordenada, quiere derechos para los inmigrantes y los derechos están ligados a la ley, por lo tanto nunca hemos podido decir que queríamos inmigrantes irregulares y sin que estuvieran ligados a la ley. Yo creo que eso conviene matizarlo, lo queremos es que las personas que están aquí y que vienen y que huyen del hambre y de la miseria puedan venir y tener trabajo. ¿Qué ha hecho este Gobierno? Poner orden donde había desorden y llevar la legalidad donde había ilegalidad. Todo lo demás es tratar de instrumentalizar algo que, desde mi punto de vista, nunca se debería instrumentalizar. Es un tema que nos afecta a todos, y que además si lo hacemos bien, sin tratar de evitar la responsabilidad que como Gobierno tenemos, pero sí es un tema que si entre todos hacemos bien, vamos a construir una buena convivencia en el futuro, un futuro marcado por la diversidad.
Su estilo político parece muy marcado por la intención de buscar soluciones y tender puentes ¿no?
Yo creo que tratar de buscar soluciones, tratar de encontrar el punto de lo que nos une a todos como sociedad, como ciudadanos, como instituciones, no de lo que nos separa, es la función capital de un gobierno como al que pertenezco, que es el Gobierno del diálogo.
Cada vez más está haciendo política exterior, ¿Por qué?
No, es que hoy creo que vivimos en un mundo globalizado y la política exterior es política interior, no hay ningún ámbito en nuestra política denominada tradicionalmente interior, que no esté afectada por la exterior, porque hoy las fronteras no tienen la misma consideración que antes. Hoy tenemos una política económica que se dirige en muchos sentidos en el ámbito de la UE, hoy formamos parte de una región como es Europa y todos vivimos en un mundo globalizado. Tenemos intereses económicos como país en todo el mundo. Hoy la paz se construye entre todos, a todos nos afecta. Temas como la inmigración van más allá ,en su solución y en su planteamiento, de una aportación exclusivamente nacional. El Estado – nación hoy no es suficiente para abordar los grandes retos que tienen planteados todos los ciudadanos, y por tanto todos hacemos políticas en el ámbito al que pertenecemos, que es el de la UE, y en el de ese otro continente con el que tenemos tantos lazos históricos y culturales, como es Iberoamérica, y tenemos que hacer política con Asia, con Oriente Próximo; con África porque está a 13 kilómetros de nuestro territorio. .
El presidente Zapatero habló de una nueva extrema derecha que se plantea revisar el pasado ¿le preocupa?
Nos preocupa que aparezca o pueda aparecer en nuestra sociedad una derecha que se posicione en lugares que fomentan posiciones que no nos permitan avanzar hacia la democracia, una derecha radical, una derecha que pueda ser fundamentalista. Eso sí nos preocupa, porque desde la transición la verdad es que eso no se había manifestado probablemente con tanta expresión como últimamente, y desde esa perspectiva apoyamos y reivindicamos la derecha que hoy existe en nuestro país, democrática, la derecha de la transición, la derecha constitucional.
El punto de inflexión quizás sea las supuestas dudas acerca de la investigación del 11 – M ¿Hasta dónde puede llevarnos este asunto?
A mi juicio la actitud en relación con este tema es una actitud irresponsable, porque irresponsable es cuestionar el trabajo que están haciendo los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, los fiscales y los jueces en una investigación judicial que afecta al atentado terrorista más trágico que ha padecido este país. Y me preocupa que esa actitud siga estando permanentemente en lo público y fomentada por determinados sectores de la derecha porque eso no favorece nuestra convivencia democrática, y en democracia es fundamental respetar los ámbitos de funcionamiento de las instituciones. Nuestro Estado constitucional tiene un modelo de división de poderes, y los poderes tienen que actuar cuando les toca con autonomía e independencia. Hoy es el tiempo de los jueces, hoy son los jueces los que tienen que determinar, como en cualquier Estado de Derecho y en cualquier Estado democrático, quiénes son los responsables de tan brutal atentado, con todo el aparato de seguridad democrático funcionando coordinadamente como lo está, y nuestra obligación es respetar y apoyar ese trabajo, no cuestionarlo sistemáticamente. Tiempo habrá, si no estamos de acuerdo con las resoluciones de los jueces, de criticarlas. Pero no me parece sensato ni razonable que se siga utilizando esa tragedia, y además le quiero recordar que la posición del Gobierno en relación con el trágico atentado es, ha sido y será ayudar a las víctimas, cooperar en las investigaciones de todos los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad, en la búsqueda de la verdad; es adoptar las medidas para que esto no vuelva nunca jamás a ocurrir.
Ante la estrategia de crispación ¿ es ahora preciso volver a defender la democracia?
La democracia se construye día a día, y lamentablemente tenemos una derecha que alimenta la crispación, desde el gobierno cuando estaba en el poder y ahora desde la oposición. Hay que aprender a hacer oposición, porque la oposición es un instrumento fundamental de la democracia, es la expresión de la alternancia, pero la oposición, la crítica necesaria en democracia, tiene que ser compatible con cooperar desde la oposición en los temas que son de Estado. Hay mucho ámbito para marcar la diferencia, hay mucho ámbito para el juego de la confrontación y hay también algunos ámbitos en donde esa confrontación no debe utilizarse, porque eso lo único que hace es alimentar esa crispación y desde el punto de vista democrático no es buena para nadie.
El reciente acuerdo Iglesia – Estado, ¿cree que va a influir en la postura de la Iglesia en política, o en la vida pública?
Yo creo que es un acuerdo muy importante, que sienta las bases en el camino, deseado por la Iglesia y deseado por el Estado, de la autofinanciación. Es un acuerdo que significa ni más ni menos que más autonomía e independencia en las fuentes de financiación de la Iglesia, que va a depender fundamentalmente o exclusivamente de la voluntad expresa de los fieles. Es patente que es un acuerdo que tiene una enorme importancia y que es muy bueno para todos, muy bueno para la Iglesia, muy bueno para el Estado, en definitiva muy bueno en la conformación de la convivencia entre las instituciones democráticas.
Y el gran tema. ETA. ¿Espera buenas o malas noticias?
Sabe que nosotros estamos comprometidos desde la prudencia y desde la responsabilidad en avanzar en ese proceso de paz con esperanza.
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