B. SAGASTUME/E. CALVO

SANTA CRUZ/LAS PALMAS. Un centenar de menores inmigrantes – Canarias acoge a más de 800, a pesar de que su cupo es de 350 – se fugó ayer del centro provisional para niños y jóvenes extranjeros de La Esperanza, en Tenerife, como señal de protesta ante la prohibición que se les había impuesto de usar el teléfono móvil fuera de los horarios permitidos. Cuando la directora del centro no admitió su petición, los menores se escaparon de este ex reformatorio ubicado en una zona semi rural, camino del volcán Teide.

Ante la fuga, se avisó a la Policía, que les encontró media hora después, mientras caminaban por una carretera, y logró convencerlos para que volviesen. «Se enfadaron y se fueron», resumió el director del Menor del Gobierno canario, quien aludió a la «frustración» en que viven estos jóvenes, al no poder satisfacer su «principal preocupación, que es conseguir trabajo para poder enviar dinero a casa».

Conde – Pumpido estudia la situación

De los centros canarios, pero de adultos, habló ayer el fiscal general del Estado, Cándido Conde – Pumpido. Según afirmó, ya obran en su poder los informes de los fiscales de Canarias sobre el estado de las instalaciones de internamiento, en las que han detectado «algunas deficiencias». Una vez estudiados, trasladará sus «opiniones» a los titulares de Justicia e Interior.

Por otra parte, ayer llegaron 150 africanos a Tenerife, Lanzarote y Gran Canaria. En esta última isla se localizó además a cuatro polizones en un barco de contenedores de la compañía MSC, que une África y América.