Del Director. Las Raíces y el favor de Paulino Rivero
«Con la que está cayendo, llega Rivero y cambia su pregunta para lucimiento de Zapatero»
Canarias 7, 29-09-2006Francisco Suárez Álamo / Director de CANARIAS7
Dos episodios de esta misma semana revelan que en el asunto de la inmigración falta seriedad a la hora de afrontarlo, en especial en lo referente a las respuestas ante la avalancha de irregulares de las últimas semanas. Habrá quien diga que solucionar el problema de fondo – la miseria de buena parte de África y las ganas de su población joven de buscar un mundo mejor – llevará muchos años, y tienen razón, pero eso no es incompatible con la obligación de articular medidas que limiten el impacto de la llegada en masa de irregulares a nuestras costas.
El primer episodio tuvo lugar en el cuartel de Las Raíces, en Tenerife, que ahora descubrimos que es un polvorín a punto de estallar pero no por el malestar de los inmigrantes, sino por el estrés acumulado de los policías y la falta de coordinación del Ejército. Los que conocen los secretos de este asunto sostienen que el conflicto se veía venir hace meses. La convivencia entre los ministerios de Interior y Defensa ante la inmigración irregular no es nada feliz. A los militares, por lo que se ve, les irrita que la ciudadanía tenga la sensación de que sobre ellos manda el Ministerio del Interior, mientras que los policías empiezan a preguntarse por qué a pie de playa, además de agentes del Cuerpo Nacional y de la Guardia Civil, no hay soldaditos españoles, soldaditos valientes que echen una mano y permitan al personal dormir unas horas más, que buena falta que les hace. Si no fuera porque la seguridad quedó en entredicho, lo ocurrido en Las Raíces, con policías enfrentados a soldados, es digno de comedieta italiana de los años 70 o astracanada de Mel Brooks. No quiero ni pensar en la impresión que se llevaron los inmigrantes irregulares, que seguro que pensaron que aquello era la evidencia de que lo de las dos Españas aún sigue vivo.
El segundo episodio de este lamentable vodevil tuvo lugar en el Congreso de los Diputados. Con la que está cayendo en Canarias con la inmigración irregular y con la colaboración parlamentaria entre CC y PSC interrumpida, llega Paulino Rivero y cambia en la sesión de control una pregunta sobre inmigración irregular por otra sobre ETA para mayor lucimiento del presidente Rodríguez Zapatero. Fue, evidentemente, una maniobra pactada con La Moncloa y el día en que escriba sus memorias, Rivero habrá de explicar qué saca Canarias con su favor de marras. La lectura es inevitable: o Rivero se ha olvidado del Archipiélago de tanto presidir la comisión del 11 – M y tanto pasearse con chófer oficial por la Carrera de San Jerónimo o CC se empeña en dar la razón a quienes sostienen que más que una fuerza nacionalista, es un partido de corte mercantilista que se vende a precio de ganga.
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