(Lugar: efe | parís/bruselas)
El ministro francés del Interior, Nicolas Sarkozy, propondrá hoy ante sus colegas europeos, en la reunión sobre inmigración que se celebrará en Madrid, que los países de la UE adopten un pacto por el que quedaría prohibida toda nueva regularización masiva.


Sarkozy planteará ésta y otras propuestas en materia de asilo, cooperación euroafricana para la gestión «concertada» de los flujos migratorios y el reforzamiento de los poderes de la Agencia de control de las fronteras exteriores (Frontex) en la reunión ministerial de ocho países del sur de Europa.


El ministro francés defenderá un «pacto europeo de inmigración» que «comportaría los grandes principios de una política común que los Estados miembros (de la UE) se comprometerían formalmente a respetar, con un objetivo de armonía, solidaridad y unidad de políticas».


Al proponer una política europea de inmigración en torno a seis ejes, el ministro y también principal aspirante de la derecha a las elecciones Presidenciales del 2007, va más allá de las orientaciones que se han barajado hasta ahora en los círculos europeos para poner en común las políticas nacionales sobre inmigración.


Entre los grandes principios del pacto que preconiza está «la prohibición en el futuro de cualquier medida de regularización masiva o de regularizaciones de pleno derecho», pero también «la estricta limitación de las medidas de regularización a situaciones humanitarias caso por caso».


Una cuestión candente tras la polémica abierta por sus criticas a la regularización llevada a cabo el año pasado por España, a las que replicó el miércoles el presidente del español.


Sarkozy exige igualmente que haya una frontera europea «eficaz y segura», apuesta por la creación de un cuerpo europeo de agentes de fronteras y coincide con las demandas españolas para un refuerzo «sensible» de los poderes de Frontex, que, a juicio del ministro galo, debería organizar vuelos agrupados de expulsión de indocumentados.


Por su parte, el Parlamento Europeo reclamó ayer a los Estados miembros que, antes de proceder a regularizaciones extraordinarias de inmigrantes, informen y consulten al resto de la Unión. Tras el debate celebrado el miércoles sobre el desarrollo de una política inmigratoria común, el Pleno adoptó ayer una resolución cuya votación volvió a dejar patente la división que el tema suscita entre los eurodiputados: 295 votos a favor, 271 en contra y 14 abstenciones.