JUAN PEDRO QUIÑONERO, CORRESPONSAL

PARÍS. Nicolás Sarkozy, ministro francés del Interior, guarda un silencio diplomático absoluto a los ataques ideológicos del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en el Congreso de los Diputados, y propondrá hoy a la reunión de ministros del interior de la UE, en Madrid, un relanzamiento espectacular de la política europea de inmigración, «más urgente que nunca, ya que la situación que Europa conoce en las Canarias, en Ceuta y Melilla, en Lampedusa, es sencillamente inaceptable», afirma.

Reorientar la política migratoria

Sarkozy no polemiza ideológicamente, y sus reservas hacia las legalizaciones masivas decididas en España han sido apoyadas por el Parlamento Europeo, la Comisión, Alemania, Inglaterra, Austria, Holanda. Fuerte por tales apoyos, y haciendo suyos muchos de los proyectos de directivas europeas elaborados y empantanados durante la última década, el ministro francés del Interior considera urgente que la UE reoriente de manera espectacular su política inmigratoria, en cinco direcciones esenciales: «Fusionar las políticas de asilo nacionales en una sola política europea»; «adoptar un pacto europeo sobre la inmigración»; «crear una agencia europea para el codesarrollo»; «mutualizar los medios de acción de los Estados miembros en los países de origen», y «poner en marcha una frontera exterior europea fiable y eficaz».

Se trata del proyecto más ambicioso presentando nunca de integración europea de todas las políticas de inmigración, poniendo fin a la «balcanización» de las legislaciones y políticas nacionales y nacionalistas, en beneficio de una política europea común.

Para «fusionar» las actuales políticas nacionales, Sarkozy propone la creación de una Oficina Europea de Asilo, dirigida por un consejo de administración donde estarían representados todos los Gobiernos europeos. Sarkozy propone una medida radical: «El estatuto de refugiado debiera acordarse a escala europea, y no a nivel de Estados y decisiones locales».

Pacto europeo

Sarkozy propondrá hoy a la UE, en Madrid, la adopción de un «pacto europeo» sobre la inmigración, que debiera reposar en estos principios capitales: «Prohibición de todas las medidas de regularización masivas»; «limitación de las medidas de regularización a los casos estrictamente humanitarios»; «puesta en marcha de medidas de acogida e integración para los nuevos inmigrantes, con contratos de integración»; «respeto del principio de proporcionalidad entre los flujos migratorios y las capacidades de integración»; «condicionamiento del reagrupamiento familiar a los recursos y posibilidades de instalación»; «principio de alejamiento para los inmigrantes clandestinos», y «expulsiones de los extranjeros delincuentes, salvo en condiciones particulares».

Otro principio básico del proyecto Sarkozy de política europea de inmigración insiste en el principio de buena relación euroafricana, para la «gestión concertada de los flujos migratorios». Se trata de europeizar los actuales acuerdos bilaterales entre países europeos y africanos, con el fin de armonizar principios comunes.

La creación de una Agencia Europea de Codesarrollo debiera asociarse, a juicio del ministro francés del Interior, al Banco Europeo de Desarrollo, con el fin de dotar a la nueva institución de recursos financieros a la altura de los desafíos pendientes.