El ministro del Interior francés, Nicolas Sarkozy, propondrá hoy en la conferencia sobre inmigración, patrocinada por España y que reúne en Madrid a los ocho países que conforman la frontera sur de la UE, un pacto europeo que debería incluir como principio central la «prohibición» de cualquier tipo de regularización masiva de inmigrantes ilegales.

Con su propuesta, Sarkozy responderá públicamente a las críticas que le dirigió el miércoles el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, quien advirtió de que no aceptará «lecciones» sobre política de inmigración de otros países europeos, y en concreto de Francia, habida cuenta de los disturbios acontecidos hace un año en los barrios periféricos de París.

La propuesta que trae el ministro francés coincide con las aspiraciones españolas en un punto: la necesidad de construir una política común de inmigración, aunque para París esta estrategia debe partir de la abolición de cualquier medida que pueda provocar un efecto llamada. Francia, Alemania, Austria y Holanda han reprochado abiertamente a Zapatero el haber incentivado la inmigración ilegal con la regularización, en 2005, de 600.000 sin papeles.

Las regularizaciones, según la teoría que Sarkozy expondrá hoy, sólo podrían llevarse a cabo por exigencias humanitarias muy particulares, y siempre caso por caso. Además, tal y como apuntaba ayer el vespertino Le Monde, la admisión de inmigrantes legales debería supeditarse a las necesidades del mercado de trabajo y a la capacidad de acogida de los servicios públicos y de la oferta de vivienda.

Sarkozy planteará, además, la urgencia de transferir todas las competencias en materia de asilo a un organismo comunitario que, en su opinión, debería estar dirigido por un consejo de administración en el que estarían representados todos los gobiernos de la UE.

De igual forma, propone la creación de un consulado común europeo encargado de gestionar la concesión de visados a ciudadanos de países terceros que pretenden entrar en el territorio Schengen.

El ministro francés, que concentrará en buena medida la atención de la conferencia, coincidirá con los planteamientos españoles – defendidos por los ministros de Exteriores e Interior, Miguel Angel Moratinos y Alfredo Pérez Rubalcaba – en la necesidad de que se proceda a un refuerzo de la Agencia Europea de Fronteras Exteriores (Frontex).

De la reunión de hoy debería surgir una propuesta que, según la diplomacia española, estará trufada de medidas concretas y se trasladará al Consejo de Justicia e Interior de la UE que se celebrará el 5 de octubre, a la cumbre informal del día 20 en Lathi y, finalmente, al Consejo Europeo de diciembre.

Para España, es esencial defender la idea de la «especificidad de las fronteras marítimas», mucho más difíciles de controlar que las terrestres o aéreas. Este reconocimiento será básico a la hora de reclamar para la gestión de las mismas una cuota lo más alta posible de los 1.800 millones que se incluyen en el Fondo Europeo de Fronteras para el periodo 2007 – 2013.