Daida I. Rodríguez
Las Palmas de Gran Canaria
La falta de comunicación entre las administraciones públicas pudo crear un conflicto considerable entre la Policía Nacional y los militares en el acuartelamiento de Las Raíces. 300 inmigrantes llegaron al campamento provisional y, al no haber sitio, la Delegación del Gobierno ordenó su traslado a unos módulos que se encontraban en zona militar, creyendo que estaban en desuso.

Sin embargo, un grupo de militares dormía en la planta alta de estos edificios. Al ver la llegada de los inmigrantes y la Policía Nacional, el mando que se encontraba allí ordenó «la creación de un dispositivo de desalojo», según explica Agustín Brito, secretario general de la Confederación Española de Policía.

En ese momento aparecieron un camión, dos vehículos todoterreno y una ambulancia, por si había heridos, y un grupo de militares con armamento dispuestos a actuar.

Durante un buen rato se mantuvo la tensión entre los agentes de Policía y los soldados que esperaban órdenes. Los agentes policiales llamaron a sus superiores, que rápidamente aclararon la situación, evitando así que la sangre llegara al río. Finalmente, los inmigrantes pasaron la noche en los módulos.

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