MELCHOR SÁIZ-PARDO/ MADRID
Mariano Rajoy acusó ayer al Gobierno de Zapatero de haber “dañado el prestigio” internacional de España con su política en materia de extranjería. El jefe del Ejecutivo manifestó en el Congreso de los Diputados que no aceptará “lecciones” de Europa sobre el problema de la inmigración ilegal. José Luis Rodríguez Zapatero afirmó ayer en el Pleno del Congreso que su Gobierno no está dispuesto a aceptar “lecciones” de otros países europeos sobre inmigración y menos aún de Francia, después de los desórdenes protagonizados por extranjeros en los suburbios de París. El presidente, particularmente duro con los responsables del país galo, respondió así a las críticas del PP, que acusó al Ejecutivo de “dañar el prestigio” internacional de España con su política de extranjería.


La inmigración, por tercera semana consecutiva, volvió a enfrentar al Gobierno y los populares durante la sesión de control en la cámara baja. El nuevo desencuentro terminó en bronca a pesar de que el pasado lunes Eduardo Zaplana y la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega se reunieron durante tres horas para intentar allanar el camino para un entendimiento en política de extranjería.


El principal partido de la oposición utilizó ayer las críticas de los socios europeos como nuevo ariete en el debate parlamentario. El líder del PP, Mariano Rajoy, enumeró una por una el “sinfín de críticas sin precedentes” a la política de inmigración española por parte de los gobiernos de Francia y Holanda, Alemania, Luxemburgo, Austria y la Comisión Europea.


Rajoy recordó a Rodríguez Zapatero que el ministro del Interior galo, Nicolas Sarkozy, llegó a tildarle de “aprendiz de brujo” por su gestión de la extranjería y fue entonces cuando el presidente se mostró más duro. “Si lo que algunos (gobiernos europeos) quieren es dar lecciones sobre la política de inmigración, no nos vale”. Y apuntó directamente a Francia y al aspirante conservador a la presidencia de la república: “Y no nos vale, después de lo que hemos visto en los barrios de París”, dijo el presidente, en referencia a los disturbios que el pasado año protagonizaron inmigrantes en la periferia de la capital gala, cuando Sarkozy era ya titular de la cartera de Interior.


Cooperación y críticas

Rodríguez Zapatero, aún así, desmintió que España reciba críticas de sus socios comunitarios. “Los Gobierno europeos y la comisión europea procuramos cooperar ante un desafío de gran alcance. No hay críticas de unos a otros, hay cooperación”, insistió el jefe del Ejecutivo.


Las explicaciones del presidente avivaron las críticas de Rajoy, quien, tras acusar al Zapatero de “negar la evidencia”, exigió al Gobierno una “rectificación total” de su política de extranjería para frenar el “descrédito insuperable” al que, en su opinión, ha sumido a España. “¡No se puede ser más incompetente y dañar más el prestigio de España!”. “Rectifique usted y gobierne como una persona normal”, le espetó Rajoy.


El enfrentamiento entre Gobierno y PP continuó instantes después con los ‘números dos’ de ambas partes, la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega y Ángel Acebes. El secretario general de los populares señaló que el Gobierno “oculta” la realidad de las cifras de la inmigración: que este año han llegado 690.000 sin papeles, sólo han sido expulsados 12.000 indocumentados y más de 7.500 clandestinos serán “abandonados” en la península en breve tras ser evacuados desde Canarias ante la imposibilidad de repatriarlos. La vicepresidenta se limitó a desmentir las cifras de Acebes y aseguró que el Ejecutivo ya ha expulsado a 73.000 ilegales.