J. L. L.

MADRID. El presidente del PP, Mariano Rajoy, demostró ayer ante el Pleno del Congreso que el problema de la inmigración ilegal es un eje básico de su política de oposición al Ejecutivo socialista. En un tenso debate durante la sesión de control al Gobierno, el líder de los populares exigió «humildad» al jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, para reconocer el error de su política migratoria. «He estado en Bruselas recientemente y le puedo asegurar que el crédito de su Gobierno por allí es manifiestamente mejorable», le echó en cara al presidente del Gobierno

Zapatero, por su parte, se defendió con un duro ataque a sus socios europeos. No negó el sinfín de críticas que le han llovido de la UE y se limitó a decir que «si lo que algunos países quieren dar es lección de su política, a este Gobierno no le vale». Asimismo, arremetió contra el ministro de Interior francés, Nicolás Sarkozy – habitual en los actos de partido del PP – , del que dijo que no puede ofrecer ejemplo de su política «después de lo que hemos visto que ha pasado en los barrios de París en relación a la inmigración y la situación social».

En el turno de réplica, Rajoy subió el tono de su crítica. «La política de inmigración del Gobierno requiere de una rectificación total y que atienda a las propuestas que le ha hecho mi partido. Comience usted a gobernar como una persona normal», le dijo a Zapatero. Además, el líder de la oposición subrayó que «el descrédito de España en la UE es, en este momento, insuperable». Aprovechó la circunstancia para sacar a relucir la opa sobre Endesa. «Ayer – por el martes – , la Unión Europea le ha dicho usted que las condiciones que su Gobierno le puso a E.On son ilegales. Ha generado usted un lío descomunal en el sector eléctrico. No se puede ser más incompetente ni dañar más el prestigio de España. Rectifique usted, señor presidente».

Zapatero no respondió a las críticas por su gestión ante la opa y se limitó a hablar de inmigración. En este sentido, el jefe del Ejecutivo aseguró que España tiene condiciones para ordenar en el futuro una política migratoria de forma razonable, «a pesar de las presión que estamos teniendo, que ha sido reconocida por el Gobierno, que estamos intentando reducir y que, sin duda alguna, controlaremos».