MARIA MONTES

Los residentes en Centro se vuelven a movilizar a raíz del asesinato del joyero y se extrañan de que «no haya más muertos» El crimen del joyero ocurrido ayer en la calle de Isabel la Católica, próxima a Gran Vía, ha vuelto a movilizar a los vecinos del distrito Centro, que protestan por la inseguridad que, desde hace unos años, se vive en su barrio.

La Federación Centro Madrid confirma el «miedo» de los vecinos, y lo justifica con «los rostros de quienes tuvieron la desgracia de estar en estos sitios cuando ocurrieron los hechos». Florencio Delgado, el presidente, se refiere también al crimen de la plaza Soledad Torres Acosta – más conocida como plaza de la Luna – , aunque, al igual que los portavoces de ACIBU (Asamblea Ciudadana del Barrio de Universidad), no encuentra más relación entre un asesinato y otro que la hora. «Sólo hay que resaltar que hay dos muertos en poco tiempo», señala Delgado.

Esta asociación denuncia que más que un problema policial es un problema legislativo. «Los jueces sólo se ajustan a unas leyes que les ofrecen privilegios». Han solicitado reiteradamente al Ministerio de Industria que cambie unas leyes con «las que nos sentimos desprotegidos», pero «seguimos igual, ni PP ni PSOE han hecho nada». De lo que sí están seguros es que «cometer crímenes en España es bastante barato».

No achacan a la inmigración este aumento de violencia, pero no niegan los hechos. «El 80% de los presos en cárceles españolas son extranjeros, y la mayoría de raza árabe. A los hechos nos tenemos que remitir».

El centro, dice Delgado, «siempre ha sido una zona conflictiva», lo relaciona con la abundancia de peatones, pero insiste en que «la Policía tiene las manos atadas».

La plataforma de vecinos de Corredera Baja de San Pablo y Ballesta y calles adyacentes son de la misma opinión que Florencio Delgado. «Es un indicador más de la situación de inseguridad que vivimos», comenta la portavoz, María Angeles Sánchez.

María Angeles se sorprende por la situación, pero no por su gravedad, sino porque «lo raro es que no haya más muertos». La explicación la encuentra en la plaza de la Luna. Después de las protestas de los vecinos la Policía aumentó la vigilancia. Esta situación, que mejoró la plaza Soledad Torres Acosta, desplazó la delincuencia a las calles cercanas. «El problema no se ha acabado, sólo se ha desplazado».

Al contrario que Delgado, Sánchez considera que la Policía es «totalmente inútil», porque la «mercancía» con la que se trafica se esconde al ver pasar a los agentes y se vuelve a sacar en cuanto se van. Además, apunta que la Policía tarda una media de 20 minutos para acudir a un aviso.

Esta plataforma se reunirá mañana con el consejero de Interior, Alfredo Prada y, por la tarde, con Esperanza Aguirre.