EL DRAMA DE LA INMIGRACION / La saturación en Canarias

La Policía impide que el Ejército desaloje por la fuerza un cuartel habilitado para los inmigrantes

El Mundo, 28-09-2006

La CEP denuncia que «la ineptitud del Gobierno» provocó el conflicto entre agentes y soldados, que querían desalojar un cuartel con 300 ‘sin papeles’ Policías frente a soldados, soldados frente a policías. El campamento militar de Las Raíces en Tenerife vivió el martes una situación digna de una película de Hollywood. Agentes de las Unidades de Intervención Policial (UIP) impidieron a soldados del Ejército desalojar a cerca de 300 inmigrantes que habían ocupado un cuartel abandonado que pertenece al Ministerio de Defensa. Interior decidió albergar allí a los subsaharianos ante la saturación que se vive en el centro de acogida.


El conflicto surgió porque el Ejército creyó que los subsaharianos se habían instalado por su cuenta en el edificio para evitar dormir en las numerosas tiendas de campaña habilitadas en el centro de acogida.


Sin embargo, lo cierto es que, ante la saturación de los dos campamentos que se han montado en Las Raíces, el Ministerio del Interior decidió ocupar un cuartel de dos plantas abandonado por el Ejército y alojar allí a los inmigrantes, según informa la Confederación Española de Policía (CEP).


Fuentes oficiales de Interior confirmaron el incidente a EL MUNDO y lo atribuyeron a un malentendido. Las mismas fuentes intentaron quitar hierro al percance, pero admitieron que policías y soldados estuvieron frente a frente.


Al enterarse de que el inmueble estaba ocupado por sin papeles, un teniente del Ejército dio la orden de desalojar el edificio, incluso amenazó con asaltarlo por la fuerza ante la negativa de la Policía. El rechazo de los agentes provocó que Defensa decidiese enviar sobre las 15.00 horas del martes a dos pelotones del Ejército, que llegaron en un camión, dos vehículos todoterreno y una ambulancia. Su objetivo era desalojar a los subsaharianos con el pretexto de que iban a fumigar las instalaciones.


Cordón de seguridad


Pero los policías recibieron entonces órdenes de los responsables del campamento de Las Raíces de que montasen un dispositivo para evitar la entrada de los soldados. La tensión fue aumentando cuando un subinspector, un oficial y cuatro policías de las UIP de Oviedo llegaron a realizar un cordón policial de seguridad con el fin de evitar que los miembros de la tropa asaltasen el edificio.


Tras más de una hora de rifirrafe y de muchas consultas telefónicas a los mandos sobre cómo actuar, los soldados decidieron finalmente abandonar el campamento y desistieron de su objetivo de desalojar el cuartel. Al parecer, Interior no solicitó a Defensa la autorización preceptiva y ocupó el inmueble sin consultar.


Las Raíces es un campamento militar que pertenece al Ejército. Tras la avalancha de cayucos del mes de marzo, el Gobierno lo habilitó como un centro provisional de acogida de inmigrantes. Sin embargo, el tiempo pasa y, siete meses después, el centro temporal parece convertirse en permanente y aloja a 3.147 sin papeles, cuando su capacidad está fijada en 3.120.


El sindicato policial CEP criticó ayer duramente a los responsables del Ministerio del Interior por la comprometida situación a la que expusieron a los funcionarios: «Este incidente confirma la absoluta incompetencia e ineptitud de Interior. No sólo deja abandonados a los policías sin medidas sanitarias, sino que nos hace enfrentarnos con soldados del Ejército, que también velan por la seguridad», denunció ayer el portavoz de la CEP, Rodrigo Gavilán.


A su juicio, el episodio no sólo es una prueba más de la descoordinación existente en el Gobierno en Inmigración, sino que representa «una temeridad y una negligencia inexcusable». «El conflicto puso en peligro a los agentes, que tuvieron que formar un cordón policial para que no entrasen los soldados», aseguró Gavilán.


Bajo este enfrentamiento subyace el malestar que reina en el Ejército por la situación de Las Raíces, ya que van comprobando que se están quedando sin una base militar. Defensa cedió provisionalmente unos terrenos para unos 500 clandestinos y ahora hay más de 3.000. Los soldados ven cómo están perdiendo las tiendas de campaña, los generadores eléctricos y las cisternas de agua, que están siendo utilizadas por los inmigrantes. El incidente ha creado una gran preocupación entre los policías y soldados que trabajan diariamente en el campamento. Aunque el centro de acogida está gestionado por Interior, son los militares quienes se ocupan de la seguridad del perímetro exterior.

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