PRISMA

Sin eufemismos

El Mundo, 28-09-2006

MIREN ETXEZARRETA

Desde hace años llegan a España muchos inmigrantes, legales e ilegales. De repente, este verano, cada intento fallido de los inmigrantes que llegan por mar se ha convertido en un acontecimiento mediático, relatado con todo detalle, de forma que la llegada de menos de 25.000 personas ha atraído más atención que los más de tres millones que llegaron antes. ¿Por qué tanta tensión si por tierra y avión llegan muchos más inmigrantes? ¿Es porque son negros y los más pobres entre los pobres?


El papel de los medios ha sido crucial, haciendo aparecer como una «avalancha masiva» lo que en otros momentos ha pasado casi desapercibido. Ellos deben ser conscientes de su grave responsabilidad al generar artificialmente, aunque se apoye en un sustrato real de inquietud, una alarma social que hace que la inmigración pase a ser la primera preocupación de la población ¿Por qué este repentino interés de los medios? ¿es acaso un interés concertado y conveniente para forzar ciertas políticas?


Escandalosa la virulencia del PP frente a la inmigración, como si en ella se basaran todos los problemas de la sociedad española.Exacerbando hasta extremos muy peligrosos la xenofobia, confiando en este fácil populismo para ganar votos ¡Es fácil ser duro con los más débiles y mirar a otro lado al enfrentar los problemas creados por los poderosos!


Triste la actitud de las CC.AA. que tratan de aceptar el menor número de inmigrantes… Pero tampoco es inocente una parte sustancial de la población española, dando una ávida respuesta positiva y sus votos a tales planteamientos. Lo que ha llevado al Gobierno y al PSOE a endurecer fuertemente su política migratoria, mostrando impúdicamente que todo se subordina a la conquista de votos.La vergüenza ajena de un Montilla que asegura que no hay trabajo para más inmigrantes …


La inmigración sirve también, para mostrar la absoluta inexistencia de una Europa real, ya que frente a un fenómeno que la afecta en su totalidad vuelve la espalda y dice, explícitamente, que cada uno se apañe como pueda, porque todos tienen su ración de inmigrantes… ¿Es esta la construcción europea?


Se han acabado los eufemismos. Los medios han logrado suscitar una reacción social que permite decir abiertamente lo que muchas veces, mucha gente ha pensado, pero se intentaba disimular: nuestra riqueza es sólo para nosotros, pueden venir mientras nos venga bien, pero que no se les ocurra venir si ellos lo necesitan.Si arriesgan su vida para no morir lentamente en sus países, si abandonan su tierra porque está siendo destruida por un capitalismo global voraz e inhumano… Todo esto no importa. Nosotros vamos a proteger nuestra riqueza, nuestro bienestar, nuestro consumismo.Estamos diciéndoles que no nos importa que revienten, que mueran en los desiertos, en las alambradas, en el mar… o que vuelvan humillados y destrozados a donde salieron.


A pesar de nuestra inhumana actitud, volverán. Y vendrán cada vez más, porque no se puede tolerar que unos sean ricos y otros tan pobres. El capitalismo global ha exacerbado las diferencias entre personas y pueblos a niveles inaguantables y pretende, una vez más, que los más pobres acepten dócilmente la miseria y la muerte. No lo logrará. Pero a nosotros no nos importa lo que les pase, apoyamos unas fuerzas políticas que exacerban la intolerancia, u otras que por un puñado de votos se convierten en crueles gendarmes del egoísmo más inhumano, de una Europa rica que no quiere compartir en lo más mínimo sus privilegios.Nos desentendemos del enorme drama de la migración. Después de miles de años todavía se nos puede decir como a Caín, ¿qué has hecho de tu hermano?

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