Juan Manuel Pardellas

Estimado candidato: para dominar este esperpéntico corral no hacía falta otro gallo, que ya los tenemos con más muescas y cicatrices que usted a pesar de que las peleas están prohibidas por ley. Lo que necesita esta granja orwelliana es orden y coherencia. ¿Cree que podrá aportar algo de esto último? , ¿es que una de las mayores comunidades abstencionistas no merece que alguien, aunque sea por una vez, se centre en movilizar a esta mayoría que protesta silenciosamente? Si de verdad nos vamos a hartar de ver su cara, deme un sólo motivo para confiar en usted. Antes de bajar a la frontera sur, cuando aún tiene a su disposición todo el aparato del Estado, no haga una desafortunada declaración más y demuéstreme que puede descongestionar el tapón de cientos de personas apelotonadas en la embajada de Dakar, a los que les negamos visados y empujamos a arriesgarse la vida en cayucos. Demuéstreme que tiene verdaderas intenciones de cambiar esto. Saque del cajón el documento sobre el rescate de náufragos en alta mar que le ha enviado Segura hace meses a su Gobierno y, antes de venir, aplíquelo. Envíe más agentes a la comisaría del sur de Tenerife, despliegue un soldado cada 10 metros en el perímetro de Las Raices y La Isleta para que no sigan las fugas, contrate más servicios de limpieza para que nadie se tenga que tapar la nariz (ni siquiera usted), sonroje al secretario de Estado de Seguridad como él hizo con sus mandos y la sociedad de las islas en su última visita, pregunte a sus compañeros Caldera y Consuelo Rumí qué ha pasado con los menores, por qué siguen aquí. Y, sobre todo, no se alarme tanto ante la tibieza de Europa. Es la misma respuesta que Canarias ha recibido de Madrid desde que en 1994 llegaron dos saharauis a bordo del primer bote. No escuche a quienes le jalean en esa dirección. No hace falta otro gallo en el corral, sino un honesto medianero que gestione bien la finca. Dé un puñetazo en el Consejo de Ministros y demuestre que quiere y puede representar otra forma de entender Canarias. Gallos nos sobran. Atentamente.