Los fuertes flujos migratorios procedentes de África y del Este de Europa están provocando un endurecimiento de las legislaciones europeas; y mientras la UE, ante la insistencia de España, se lo piensa y reacciona, Suiza, que ya tenía una normativa muy restrictiva, ha dado otra vuelta de tuerca al asunto: en un referéndum celebrado el domingo, el 68% de los ciudadanos de ese país refrendó una nueva legislación que restringe la entrada de extranjeros no comunitarios. Algunas ONG y asociaciones humanitarias se han opuesto, sin éxito, a este endurecimiento legislativo.