ALEX SALMON
Mientras los políticos catalanes continúan en su guerra particular encarando las elecciones, Gas Natural ve como tiene cada día más lejos el control de Endesa y el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, supera su primera fiesta mayor, la ciudad observa como nace un nuevo grupo musical, The Royal Life, integrado por componentes de aquellos Latin Kings que atemorizaron algunos barrios barceloneses.Sus letras se escucharon en el Fòrum, durante la Mercè. Y dicen: «Con mi corazón, cuerpo y alma, yo quiero calma o lo extermino.Solamente soy latino, sin gabardina pero fino». Ahora sólo falta que los Ñetas hagan algo parecido y asistamos a un apasionante enfrentamiento de poesía rapera que siempre es más civilizado que un navajazo. De seguir así, unos y otros podrán sentirse orgullosos. Será una lección más ante los enrarecidos tiempos que vivimos. La transformación de estas dos bandas en una asociación cultural es una decisión que merece un estudio de cómo las soluciones son posibles para todo. Ahora sólo es necesaria la confianza de una sociedad cada día más deshumanizada, no dispuesta a creerse cuentos de hadas.

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