ANA DEL BARRIO

MADRID.-Los países del sur envían una misiva a Durao Barroso en la que reclaman ayuda financiera Don Juan Carlos expresa su deseo de que «se retome el diálogo a alto nivel entre Europa y Africa» A pesar del fiasco de la última cumbre de Tampere (Finlandia), el Gobierno español continúa intensificando las iniciativas en las que se exigen propuestas concretas y una movilización de la Unión Europea para hacer frente al reto de la inmigración irregular.

En esta ocasión, el Ejecutivo español no predica solo en el desierto y a él se han sumado otras siete voces de los países del sur de Europa. José Luis Rodríguez Zapatero ha enviado una misiva al presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, junto con otros siete jefes de Estado y de Gobierno europeos, en la que asegura que «la urgencia del problema de la inmigración ilegal en el Mediterráneo y en el sur de Europa exige una fuerte movilización de la UE y un compromiso conjunto por parte de los países de origen, de tránsito y de destino de los inmigrantes».

La carta está firmada, además, por el presidente de la República francesa, Jacques Chirac y el de Chipre, Tassos Papadopoulos, así como por los primeros ministros de Italia, Romano Prodi; Grecia, Costas Karammanlis; Malta, Lawrence Gonzi; Portugal, José Sócrates, y Eslovenia, Janez Jans, países que el viernes se reunirán en Madrid para analizar el problema.

Esta ofensiva de los estados del sur de Europa se produce justo después de la cumbre de Tampere, cuando países del norte como Alemania, Austria y Holanda rechazaron otorgar más dinero, medios y recursos a España, desbordada por la oleada de cayucos. «España no se va a hundir por 25.000 inmigrantes que lleguen a las islas Canarias», espetó el jueves el presidente de la conferencia de ministros del Interior de los estados federados alemanes, Günther Beckstein, nada más llegar a la cumbre.

Los países firmantes apuestan por abordar esta cuestión en la cumbre informal de Lahti (Finlandia) el 20 de octubre, con el fin de adoptar decisiones operativas en el Consejo Europeo de diciembre.

La misiva admite abiertamente que el reto de la inmigración «sobrepasa los medios de acción con que cuenta cada uno de los estados miembros» e insiste una vez más en reclamar ayuda financiera para apoyar los esfuerzos realizados por los más afectados. La carta presenta además una larga lista de recetas que incluye desde promover la conclusión de acuerdos de readmisión con los países de origen hasta reforzar la cooperación en la gestión de la frontera sur de la UE.

En la misma línea, el Rey Juan Carlos aprovechó la cena celebrada ayer en Madrid en honor del presidente portugués, Aníbal A. Cavaco Silva, para hablar por primera vez del problema de la inmigración y reclamar contactos a alto nivel, informa Marisa Cruz.

«Es deseable que se retome el diálogo colectivo a alto nivel entre Europa y Africa, para lo que, sin duda, será ocasión propicia vuestra ya próxima presidencia de la Unión Europea [en el segundo semestre de 2007]», apuntó Don Juan Carlos al presidente portugués para, a continuación, agradecer la colaboración del país vecino ante la llegada masiva de inmigrantes a Canarias y señalar que es «una realidad que nos conmueve, pero que también nos preocupa y que atañe no sólo a nuestro país sino al conjunto de Europa».