La AUGC acusa a Interior de restar recursos al dar patrulleras a Africa
El Mundo, 25-09-2006ANA DEL BARRIO
Denuncian que las mafias detectan la falta de medios y retoman viejas rutas La costa de Almería, con 300 kilómetros, sólo tiene un barco de vigilancia Desvertir un santo para vestir a otro. Esto es lo que está haciendo el Gobierno, a juicio de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), que acusa al Ministerio del Interior de dedicarse a regalar patrulleras a Senegal y Mauritania a base de desmantelar las unidades del servicio marítimo que trabajan en las costas andaluzas.
«Estamos bajo mínimos. Todas las embarcaciones que España ha regalado o cedido temporalmente a Africa han sido detraídas de unidades donde antes estaban siendo utilizadas. El Gobierno español no puede impermeabilizar la costa africana desmantelando los servicios marítimos españoles, porque el resultado es el que se está produciendo en Almería», denuncia la AUGC.
Los agentes de la Guardia Civil consideran que la generosidad del Gobierno con los países africanos ya está teniendo sus primeras consecuencias: las mafias han detectado la falta de medios y por eso están volviendo a retomar la ruta que estaba en desuso entre Marruecos y las costas andaluzas.
De hecho, esta misma semana se producía una oleada masiva de 33 pateras a Almería, que dejó en la costa a 330 indocumentados, en su mayoría de origen argelino. La AUGC culpa al Gobierno de la improvisación constante en materia de inmigración y critica que en los dos últimos años y medio, la plantilla no sólo no haya aumentado sino que ha disminuido en algunas unidades.
Interior ha donado a los países emisores de la emigración ilegal un total de siete patrulleras: cuatro han sido cedidas permanentemente y otras tres realizan servicio allí de manera temporal, pero tienen previsto regresar.
En concreto, Mauritania ha recibido cuatro embarcaciones, dos del tipo medio y otras dos del tipo ligero, que llegaron al país africano en el pasado mes de julio. Además de estas embarcaciones, en las aguas mauritanas trabajan también la patrullera de altura Río Duero y el buque Petrel, de Vigilancia Aduanera, dedicados ambos a interceptar cayucos en las costas africanas. El Gobierno también ha sido dadivoso con Senegal, al que ha cedido dos patrulleras, una procedente de Cádiz y otra de Barcelona.
El problema reside, según la AUGC, en que estas ayudas no son aportaciones nuevas, sino que se detraen de los medios con los que cuenta España en la lucha contra el narcotráfico y la inmigración ilegal.
«La costa de Almería tiene unos 300 kilómetros y sólo cuenta con una embarcación mediana con cuatro guardias civiles, que ha tenido que hacer frente a una avalancha de 33 pateras. Estamos desbordados», manifiesta uno de los agentes.
Desde la Dirección General del Instituto Armado argumentan que las patrulleras donadas eran antiguas y estaban en desuso y afirman que la previsión es reponerlas.
La escasez de medios que se vive actualmente es palpable. El servicio marítimo de Cádiz cuenta sólo con dos embarcaciones operativas, ya que las otras dos realizan labores de vigilancia en Senegal y Mauritania. La plantilla tiene seis trabajadores menos, que están en comisión de servicio en las costas africanas.
En Algeciras, la situación se repite. Posee cinco patrulleras, pero otras dos han sido cedidas a Ceuta y ha perdido a 10 trabajadores que están realizando sus labores en aguas senegalesas y mauritanas.
Los guardias civiles critican también la creciente escasez de personal. De hecho, según denuncian, en Almería, Málaga y Algeciras no pueden utilizar las patrulleras de 30 metros de eslora, porque requieren una tripulación de, al menos, ocho personas y no hay agentes suficientes. También alegan que el personal del servicio marítimo está completamente desmotivado porque ha sido excluido del complemento de productividad, por lo que recibe incentivos mucho menores de los que, a su juicio, le corresponde.
La AUGC afirma que las mafias conocen perfectamente todos los movimientos de los agentes, tienen incluso las matrículas de sus vehículos y se aprovechan de la falta de medios, utilizando pateras como cebos para distraer la atención.
«A veces nos avisan de que se han quedado sin gasolina en una patera y, luego, nos cuelan otras 10 por otro lado. Los traficantes de droga también explotan las zonas de sombra a las que no llegan las cámaras del SIVE», asevera un agente.
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