Mil falsos turistas al día en Barajas
Diario Vasco, 24-09-2006Cualquiera a quien no se exija visado, con el pasaporte en regla y unos 300 euros en mano, pasa el control de un aeropuerto, sea turista o no. A veces, la Policía pide las reservas de hotel e interpela sobre el motivo del viaje. Otro plus de seguridad se establece en los verificadores de documentos que discriminan entre papeles auténticos y falsificados. Pese a todas estas medidas de control, la realidad es que en los aeropuertos españoles se rechazan muchos menos inmigrantes – 8.446 personas hasta finales de agosto, según datos de Interior – de los que entran. No hay cifras oficiales, aunque la Policía de Barajas, en Madrid, calcula que entre 500 y 1.000 inmigrantes atraviesan cada día sus filtros para quedarse más de tres meses. Un coladero.
La mitad de las entradas por la terminal madrileña corresponde a ciudadanos bolivianos, que en poco tiempo sustituyen las supuestas jornadas playeras y visitas a museos por empleos de tercera en la construcción, la agricultura y el servicio doméstico. Pero bastantes de los supuestos bolivianos son, en realidad, ecuatorianos. También algunos de los que dicen ser de Venezuela proceden de Colombia. ¿Por qué? Ni a los originarios de Bolivia ni a los de Venezuela se les exige todavía visado para entrar en España como turistas durante tres meses. El padrón de 2005 da fe de esta treta. El mayor incremento relativo de inmigrantes en España, de más de un 35%, corresponde a nacidos en Bolivia.
Hace unos años, los policías que trabajan en Extranjería tenían un nombre marcado en rojo: el aeropuerto de Amsterdam. Hasta que comenzaron a aplicarse controles, lo que alivió también la presión migratoria en España. Hoy, muchos de esos vuelos calientes aterrizan en París. Desde ahí toman otro avión. El que cubre la ruta París – Madrid de madrugada es uno de los más demandados.
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