La Arista. Pecar de vergüenza
«Algunos partidos y organizaciones no gubernamentales deben tener muy laxa la conciencia para no decir nada de la situación en la que se encuentran los centros de inmigrantes»
Canarias 7, 22-09-2006Manuel Mederos
El espectáculo mostrado al mundo del interior de los centros de inmigrantes, comisarías y campamentos absolutamente desbordados no han logrado activar los mecanismos de contrición de los partidos políticos, ni mucho menos de algunas organizaciones no gubernamentales que parecen sentirse absolutamente cómodas con este tipo de campamentos. Nadie, salvo los sindicatos policiales agobiados con la situación, ha sido capaz de decir absolutamente nada. Para los gurús de los derechos humanos lo que muestran las fotografías es el reflejo de una situación de emergencia en la que duchas, letrinas, ratas, hacinamiento, racionamiento, etc. pasan a un segundo plano en un país al que se le llena la boca al hablar de derechos y de dignidad de los inmigrantes.
En el PSOE las sonrisas del paseo triunfal del primer año de Gobierno, cuando descendió el número de pateras gracias a los acuerdos con Marruecos y podían presentar cifras de descenso de delitos, se han borrado para dejar paso a un amargo rictus de disgusto. Los socialistas están pagando con creces la arrogancia inicial y sobre todo la irresponsable oposición que ejercieron en la primera etapa, cuando el fenómeno se iniciaba en Canarias. Los socialistas tiraron piedras al techo de cristal de la inmigración. Hicieron exactamente lo que ahora hace el PP al tomar como bandera el fenómeno de los cayucos. Para los socialistas el problema de conciencia debe ser mayor porque como si de una causa final se tratara pasearon las miserias de la terminal del Aeropuerto de Fuerteventura por todo el país. Ahora el destino les castiga con la infamantes fotografías.
El mismo pecado soportan los nacionalistas. Los cayucos llegan ahora al corazón de ATI, pero su tibieza contrasta con la radicalidad del Gobierno que Adán Martín era vicepresidente a la hora de tratar la inmigración cuando llegaba a Fuerteventura. Aquel Gobierno si se empleó a fondo para castigar la terminal. Ahora lo más urgente es quitarse de encima a los inmigrantes y evitar como sea las fotos de la vergüenza.
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