Madrid – Continúa el goteo incesante de inmigrantes que arriban de forma
irregular al archipiélago canario. Un total de 230 ilegales fueron
interceptados ayer a bordo de tres cayucos. El más numeroso llegó a Santa
Cruz de Tenerife con 158 personas a bordo. Esta embarcación, de unos 25
metros de eslora, fue avistada a la altura de la playa de Antequera por un
pesquero, y a su encuentro salieron patrulleras de Salvamento Marítimo y
de la Guardia Civil, así como un helicóptero del instituto armado, que lo
escoltaron hasta la dársena de Los Llanos del puerto de la capital
tinerfeña, donde llegó en torno a las diez de la mañana. Entre los
inmigrantes que viajaban en esta nave se encontraban varios menores de
edad, según el director general de Seguridad y Emergencias del Gobierno
canario, Andrés de las Casas. Uno de los ocupantes de esta barcaza fue
trasladado a un centro hospitalario con un corte profundo en un brazo, y
el resto fue atendido en el puerto por personal de Cruz Roja ya que se
encontraban en buen estado de salud.
   Además de ésta, otras dos
barcazas alcanzaron ayer la isla de Gran Canaria. El primer desembarco se
produjo en el municipio de Mogán, en el sur de la isla, y en él viajaban
una veintena de marroquíes, entre ellos una mujer y dos menores de edad.
El segundo grupo estaba formado por 52 varones subsaharianos, entre ellos
cinco menores de edad. Así lo confirmaron a Efe fuentes de los servicios
de emergencias. Tanto los miembros del grupo de marroquíes como los
subsaharianos se encontraban en perfecto estado de salud, según las
fuentes consultadas.