Inmigración y solidaridad efectiva
Diario de Navarra, 22-09-2006Inmigración y solidaridad efectiva
El Consejo informal de ministros de Justicia e Interior de la UE acordó ayer en Tampere, Finlandia, una mayor solidaridad con los países que reciben inmigración ilegal y la repatriación más ágil de los irregulares
LOS veinticinco estados de la UE asumieron ayer la necesidad de una solidaridad más efectiva con los países afectados por la inmigración irregular y a la vez reclamaron la agilización de las repatriaciones, como mensaje explícito que desaliente a los ilegales y quiebre a las mafias. Tal acuerdo de principio no puede ocultar las fuertes críticas a los procesos masivos de regulación llevados a cabo por algunos miembros comunitarios sin consultar a los demás o incluso pese a sus observaciones.
Apenas una semana después del risueño apoyo tudesco al presidente Rodríguez Zapatero, ayer el presidente de la Conferencia de titulares de Interior de los Länder, Günther Bechstein, consideró que «España no se va a hundir por 20.000 o 25.000 que lleguen a Canarias» y recordó que, años atrás, Alemania recibió de golpe 448.000 inmigrantes, absorbidos «con dificultades, pero lo hicimos solos». El ministro bávaro aventuró que una solución europea sólo generará más burocracia, y adelantó que, si se arbitran recursos comunitarios para este problema, Alemania también los pedirá para sus inmigrantes. La ironía del ministro bávaro es tan hiriente como comprensible, porque adujo su experiencia, que, por otra parte, ilustra sobre la práctica europea en esta materia. En cuanto a la colaboración, deberemos admitir que la más elemental consiste en no hacer nada a espaldas de los socios. Se impone una política única de recepción, que corresponda a la libertad interna de movimientos, un acuerdo que impida las legislaciones nacionales en este asunto y la asunción decidida de compromisos comunes y claros, compatibilizables con la defensa de las fronteras, obligación de cada estado.
Cuando los ilegales llegan aquí desde Pakistán, al Gobierno le beneficiaría la autocrítica mínima de confesar su error.
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