Fiesta del cine

Diario Vasco, 22-09-2006

Con la proyección fuera de concurso de la película Ghost, una producción británica sobre el drama de la inmigración, se inició ayer oficialmente la edición número 54 de un Festival Internacional de Cine de San Sebastián convertido desde hace tiempo tanto en el primer referente del cine en habla hispana y en una cita ineludible para el conjunto del sector audiovisual español, como en un acontecimiento cultural de acreditada calidad e indudable proyección exterior.

Lo primero se evidencia con la proyección de tres películas de realizadores españoles y una hispanoamericana dentro de la sección oficial y la presencia añadida del cine de habla hispana en los distintos ciclos paralelos, tal y como viene siendo habitual en un certamen que siempre trata de convertirse en escaparate y puerta de entrada y salida para la distribución internacional del cine latino. Al mismo tiempo, el festival donostiarra vuelve a realizar una apuesta por el cine europeo de autor, los nuevos realizadores y la cinematografía independiente, algo que se pone de manifiesto en una cuidada sección oficial donde se incluyen obras de jóvenes promesas y otras de directores más consagrados. Fiel a su tradición, el Festival presenta también en su programación una atractiva sección Zabaltegi, que este año acoge la esperada Babel, junto a unas retrospectivas de indudable valor como las que tendrán como protagonistas a Ernst Lubitsch o Barbet Schroeder, o el propio conflicto de la inmigración. Todo ello sin olvidar el repaso a las mejores películas que han sido galardonadas en otros festivales similares, la proyección en el Velódromo de la película del cantautor Luis Llach, y las necesarias dosis de glamour que este año tendrán como referencia fundamental los premios Donostia concedidos a los actores Matt Dillon y Max Von Sydow.

El Zinemaldia cuenta con todos los ingredientes adecuados como para posibilitar que Donostia se convierta durante los próximos nueve días en capital cinematográfica de referencia mundial. Una posición de referencia que cada año será más difícil de mantener ante la constante profusión de nuevos certámenes y una competencia creciente en la que el lugar de los mejores lo pueden acabar ocupando sólo aquellos que dispongan de un mayor potencial económico. El Zinemaldia donostiarra afronta este año el desafío de consolidarse como un certamen con una presencia cinematográfica variada y abierta a toda clase de públicos, con el necesario complemento de una notoriedad exterior, que siempre viene condicionada por la menor o mayor presencia en San Sebastián del glamour que aportan las caras conocidas.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)