PAPÁ, VEN EN JET
Diario Vasco, 22-09-2006MITXEL EZQUIAGA/
El telón ya está levantado y las salas ya están llenas. En la inauguración sólo faltó Billy Wilder, o al menos su espíritu irónico, vitriólico y escéptico (al menos David Trueba, de la secta de los wilderianos, le citó en el escenario del Kursaal). Pero Billy nunca cenó aquí: a este Festival le gustan más las crónicas demoledoras de nuestro tiempo que las comedias. Está, ya sabes, más bajo la advocación de Ken Loach.
Chinos entre fantasmas
La película inaugural fue Ghosts. Su problema radica en que es más película que inaugural. Es un documento muy bien narrado sobre la inmigración ilegal en Gran Bretaña, valiente y denunciador, firmado por Nick Broomfield. Es una buena película y absolutamente actual. Pero quizás hubiera ido mejor en cualquier otro día que en una inaguración, que probablemente pide otro tipo de cine.
Entre Minelli y Cukor
La película se proyectaba después de la gala inaugural con más «espectáculo» de los últimos años. No deja de ser curioso que la gala más alegre precediera a un filme que te deja con los ánimos más bien bajos. Pluralismo, se llama eso. Diego Galán, director de la gala, había anunciado que la ceremonia de este año rompería el tópico de «sobria ceremonia» y hubo música, baile (aunque viendo el ballet inicial uno añoraba la sobriedad de antaño) y smuchas mujeres del cine. O sea, que estuvo entre Minelli y Cukor. Con todo, se agradece el intento de renovar el aire inaugural…
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Air Nostrum, ora pro nobis
Pero el verdadero protagonista del arranque está siendo el jet que nunca existió. Ahora resulta que el problema de este Festival es que no tiene jets privados ni puede alquilarlos porque son caros. Nicole Kidman no viene por culpa del jet, las grandes estrellas de Hollywood no vienen porque no hay jet… San Sebastián no es para público Rolls Royce, sino para gente encantadora, como el Dyane 6. Air Nostrum, Iberia, ora pro nobis.
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