«LA PALABRA ILEGAL NO DEBERÍA ESTAR AL LADO DE EMIGRACIÓN»
Suscitó interés el filme 'Ghosts', a juzgar por la concurrida rueda de prensa que siguió al pase. «El problema no es la emigración ilegal, sino que el Gobierno ilegaliza la emigración»
Diario Vasco, 22-09-2006ALBERTO MOYANO/
El fenómeno de la emigración, más que la película en sí misma, fue el protagonista de la rueda de prensa que el equipo de Ghosts ofreció al término de la proyección del filme, dentro de la Sección Oficial a concurso. «Deberíamos quitar la palabra ilegal de al lado de emigración», dijo el director Nick Broomfiled, que compareció ante los periodistas acompañado de la protagonista, Ai Qin Lin, los actores, Zhan Yu y Zhe Wei, el guionista y productor Jez Lewis y la periodista Hsiao – Hun Pai.
Fue precisamente una serie de reportajes de Pai sobre el asunto de la emigración clandestina desde China, publicados en el rotativo The Guardian, los que desencadenaron el interés del Broomfield y Lewis por el tema. En una rueda de prensa bastante concurrida, Hsiao – Hun Pai, que también ha ejercido de productora, aseguró que «el problema es que el Gobierno ilegaliza la emigración, no la emigración ilegal». Pai, que trabajó durante algún tiempo junto a estos emigrantes en fábricas de alimentación y vivió en sus hacinados pisos, señaló que «la mayor parte de ellos son granjeros o trabajadores de fábricas, que no tienen otra opción» que emigrar
Difícil respuesta
Las reiteradas preguntas que los periodistas dirigieron al director del filme para que señalara cuál es, en su opinión, la solución a este asunto, no encontraron respuesta clara en Nick Broomfiled. «Hablar de inmigración es hablar en términos de globalización, Banco Mundial y grandes multinacionales. Por eso no hay una respuesta fácil. Lo primero sería suprimir la palabra ilegal pegada a la de inmigrante. Y luego, el consumidor, que es el último eslabón de esta cadena que comienza con la mano de obra barata, debería sentirse implicado», dijo el director de Kurt & Courtney.
La actuación del Gobierno británico ante a este fenómeno y, en concreto, ante el drama que relata la película, que se saldó con la muerte de 23 inmigrantes, también suscitó algunas preguntas. «El Gobierno ha mirado hacia otro lado y se ha negado a asumir cualquier tipo de responsabilidad, incluida la económica», recalcó el director, quien ha creado un grupo para recaudar fondos destinados a las familias de las víctimas.
«Pesadilla» fue la palabra que escogió Broomfield para relatar el proceso de selección de los intérpretes, actores todos ellos no profesionales o, como en el caso de la protagonista, directamente implicados en los hechos que se relatan. De hecho, Ai Qin Lin rechazó en un principio participar en la película. «En Gran Bretaña, siempre estaba llorando. Quería hablar con mi hijo y él no quería hablar conmigo. Era muy triste para mí, porque mi madre también estaba muy enferma de diabetes. Cuando (Broomfield) me propuso hacer el papel principal, no tenía confianza, pero creo que paulatinamente ha ido mejorando». El director indicó que «el hecho de tener un hijo en China ha ayudado mucho» a Ai Qin, a la hora de interpretar su papel.
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