Un sobrecogedor drama sobre la emigración inaugura un Zinemaldia volcado en lo social
'Ghosts' reconstruye la muerte de 23 inmigrantes chinos en el Reino Unido mientras recogían marisco en una playa Los protagonistas son 'sin papeles' que se interpretan a sí mismos
El Correo, 22-09-2006OSKAR L. BELATEGUI o.belategui@diario-elcorreo.com/SAN SEBASTIÁN
San Sebastián invitó ayer a pasear por su alfombra roja a los que ni siquiera tienen dinero para sacarse una entrada de cine. Los actores no profesionales de ‘Ghosts’ fueron las estrellas elegidas para inaugurar la 54 edición de un Zinemaldia con marcado carácter social: al ciclo ‘Emigrantes’ se une un título de apertura donde sus protagonistas se interpretan a sí mismos.
‘Ghosts’ es cine militante con vocación de denuncia. Hasta rubrica sus títulos de crédito con una página web donde cursar donativos. También, un fascinante ejemplo de cómo el documental y la ficción se han fundido en un género híbrido que emociona y descoloca a partes iguales. Su director, Nick Broomfield, quedó conmocionado el 5 de febrero de 2004, cuando 23 inmigrantes chinos ilegales murieron en una playa del norte de Inglaterra mientras recogían berberechos. Era de noche y no se dieron cuenta que subía la marea.
Broomfield pone rostro a una tragedia que voló de los noticiarios en dos días. Y nadie mejor que auténticos trabajadores chinos ilegales para encarnar a los protagonistas. Como Ai Quin, la actriz que interpreta a la única superviviente, reclutada por el director tras permanecer ocho años en Londres sin papeles. Nunca se había puesto delante de una cámara ni enfrentado a un periodista, pero ayer resumió su estado de ánimo en San Sebastián con demoledora sinceridad: «En Inglaterra siempre estaba llorando».
‘Ghosts’ (Fantasmas) toma su título del nombre que los emigrantes orientales conceden a los británicos, apariciones que nada bueno presagian; los pobres no saben que los auténticos fantasmas son ellos, porque no existen para quienes pasan a su lado. Hay tres millones de ilegales en el Reino Unido que sostienen la cadena de la industria alimentaria y la construcción. Trabajan más y cobran menos que cualquier británico.
Broomfield detalla paso a paso el infierno padecido por esta joven china, que apenas gana 30 libras al mes en su país natal deslomándose en el campo. Sueña con enviar dinero a su familia desde la próspera Europa, así que pide prestada una fortuna a usureros para su viaje al paraíso. Cruza Asia y Europa escondida en tráilers durante seis meses. Hasta que el plomizo cielo de Londres le descubre que las mafias de compatriotas van a seguir explotándola.
Cámara en mano
«Esta película habla de la esclavitud moderna», resumió el director, con una larga carrera como documentalista que arranca en los años 70 y retrata a gente tan diversa como la asesina en serie Aileen Wuornos y los cantantes Kurt Cobain y Tupac Shakur. «Europa Occidental cada vez es más rica. La población envejece, y también cada vez más dependemos más de la emigración legal e ilegal. Nuestro nivel de vida depende de ellos».
Europa ofrece a los recién llegados viviendas de dos dormitorios en los suburbios donde viven hacinadas quince personas, agencias de empleo corruptas que ofrecen trabajos basura a los indocumentados y el desprecio de la población. Producida por el modélico – y público – Channel Four británico, ‘Ghosts’ reparte las culpas de la situación del colectivo emigrante. «El Gobierno británico se lava las manos», certifica el director. «Dice que es incapaz de trabajar con las autoridades chinas y no puede repatriarlos».
‘Ghosts’, todavía sin distribución en España, sobrecoge por el verismo de sus escenas, demasiado reales para resultar fingidas. La cámara en mano del director se acerca a los rostros, y gana para la ficción sentimientos documentales, con el contrapunto irónico de una banda sonora de dulces melodías chinas. Sin ir más lejos, cuando la protagonista se reencuentra con su pequeño, al que hace años que no ve, rompe a llorar. Broomfield no tuvo pudor para grabar el reencuentro real de la actriz con su propio hijo, al que implora que la siga llamando mamá.
Dos años después de la tragedia de la bahía de Morecambe, los familiares de los fallecidos siguen pagando los intereses del préstamo que les condujo hacia la muerte. Nick Broomfield agradecía ayer de corazón que San Sebastián «se haya dedicado este año a la emigración». Soñaba con un premio mayor que la Concha de Oro: recaudar 500.000 libras para que los muertos descansen en paz (www.ghosts.uk.co).
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