Cinco oficinas municipales abrirán los fines de semana para empadronar extranjeros y actualizar las cifras del INE, por las que se pierden cinco millones de euros Ya se sabe que una cosa son las estadísticas, las cifras oficiales, y otra, casi siempre muy distinta, la realidad. Que no cuadra y se asume… hasta que la diferencia se traduce en dinero, que es lo que pasa en las arcas municipales y regionales a cuenta de los inmigrantes . Sucede que el padrón de Madrid cuenta 100.000 extranjeros más que el Instituto Nacional de Estadística (INE) y, como el dato de este último organismo manda en los cálculos que condicionan el reparto de fondos del Estado, a menos población menos asignación.

De eso se han dado cuenta en la Concejalía de Hacienda, claro. Y al constatar que sus sumas son restas en otros despachos se han puesto a buscar la causa del desfase: hay muchos inmigrantes que no renuevan su inscripción en el padrón municipal como deben hacer cada dos años y el olvido hace que sus nombres se borren del censo del INE. El total de la operación: cinco millones de euros (unos 800 millones de las antiguas pesetas) que no ingresaron en el Ayuntamiento el año pasado.

No están los bolsillos municipales, como para renunciar a un céntimo de euro (que las obras hay que pagarlas), así que sus responsables se han puesto manos a la obra para que el INE actualice sus datos. ¿Cómo? Cinco oficinas de atención al ciudadano abrirán los próximos seis fines de semana para facilitar que los extranjeros cumplan con sus obligaciones administrativas.

«Lo hemos estudiado y parece que la razón por la que no renuevan su inscripción en el padrón obedece a que tendrían que dedicar un día laborable a este trámite y no lo hacen por no perder el sueldo de un día de trabajo», explicó ayer el alcalde, Alberto Ruiz – Gallardón, al anunciar la iniciativa municipal que fue acuerdo de la Junta de Gobierno. Y por cada uno que deja de hacerlo el Ayuntamiento pierde 50 euros al año.

La baja en el padrón también tiene efectos negativos para los afectados porque pierden la antigüedad, que deben demostrar para solicitar, por ejemplo, sus permisos de residencia.

Todo eso se lo cuenta por carta el Ayuntamiento, que ha remitido un escrito recordándoles su obligación de renovar la inscripción en el padrón a 301.885 vecinos nacidos fuera de España. Y parece que la medida tiene efecto porque unos 180.000 ya han respondido confirmando su dirección.

De hecho, la primera diferencia detectada entre las cifras del INE y el padrón municipal se elevaba a 233.586 habitantes y, ahora, desde el Ayuntamiento se reduce a 100.000 habitantes. Y la semana pasada la Comunidad demostró que más de 50.000 inmigrantes , de los 184.193 no comunitarios que el INE dio de baja por no residir aquí, continúan viviendo en algún municipio de la región. Para los que viven en Madrid abrirán los sábados y domingos las oficinas de Chamartín (Príncipe de Vergara 142), Latina (avenida General Fanjul 2 – A), Puente de Vallecas (avenida de la Albufera 42), Ciudad Lineal (calle de Hermanos García Noblejas 16) y la Oficina Central de Atención al Ciudadano de la Plaza de la Villa.

«La realización del trámite de renovación es muy fácil», animaba Ruiz – Gallardón, «únicamente han de entregar el impreso que acompaña al recordatorio que les enviamos y presentar un documento de identificación personal». Y si pierden el impreso, pueden recoger otro en cualquiera de las oficinas de empadronamiento.

Simple, pero criticable para el PSOE, que acusó ayer al Gobierno municipal de ser «el responsable» de la situación. Si los extranjeros que residen en Madrid no renuevan su inscripción en el padrón es culpa del Ayuntamiento y no del INE, vino a decir el concejal socialista Pedro Zerolo.

«Para informar a los extranjeros de sus obligaciones, el Ayuntamiento de Madrid se limitó a enviar una única carta a los que tenían que renovar su inscripción. Ni realizó una campaña informativa, ni se comunicó con las asociaciones de inmigrantes , ni trató de localizar a aquellos que no recibieron la carta porque no fueron encontrados en los domicilios a los que se remitieron», denunció el edil.

Le vino a la memoria a Zerolo, además, las colas de inmigrantes que se registraron el pasado mes de diciembre precisamente por renovar su inscripción en el padrón en las Juntas de Distrito. «La respuesta de Ana Botella fue contundente, negó la existencia de tales colas y en consecuencia, no había sido necesario adoptar medidas».