JOSÉ BEJARANO – SEVILLA

ALUVIÓN DE LLEGADAS
En tres días han llegado a Andalucía 36 barcos con 450 inmigrantes

LA ESTRATEGIA
Las mafias envían ahora sólo magrebíes, que provocan menos alarma
.- Los cabecillas de las redes de emigración clandestinas de Marruecos, encarcelados el año pasado a raíz de la crisis de las fronteras de Ceuta y Melilla, han salido en libertad y se preparan para reanudar el negocio. Cuentan con varios factores a su favor, el previsible cierre del flujo en Canarias por la presión diplomática y el mal tiempo y la incapacidad de Marruecos para sostener indefinidamente el control de sus costas, que provoca descontento popular. Miembros destacados de ONG que trabajan en el norte de Marruecos han comprobado que muchos traficantes han sido puestos en libertad y que, casualmente, al mismo tiempo ha empezado la llegada de pateras a las costas andaluzas.

Quienes siguen de cerca el fenómeno de la emigración no dudan en apuntar que pronto el “incendio” de las pateras se irá de las costas canarias a las andaluzas. De hecho ya ha empezado con el aluvión de pateras registrado desde el lunes, con un saldo de 36 embarcaciones entre Almería, Granada, Málaga y Murcia con más de 450 pasajeros. A Almería han llegado 33 pateras, dos a Granada, una a Málaga y una a Águilas (Murcia). El fenómeno ha empezado por el Mediterráneo, en las costas cercanas a Melilla y en Alhucemas, en dirección a Almería, Granada y Málaga.

Después de ellas vendrán las que parten del Atlántico y que tratan de alcanzar la costa de Cádiz, sobre todo Barbate y Conil. Un portavoz de la asociación Pateras de Vida informó ayer de que los traficantes de poblaciones como Larache, en el noroeste de Marruecos, han salido de prisión y ya ocupan su tiempo en organizar las primeras expediciones. “Están tanteando el terreno a ver cómo reaccionan las autoridades marroquíes y si no hay respuesta, entenderán que hay mano abierta y entonces será cuando empiece de verdad el baile”, señalaba ayer Abdul Hamduchi, miembro de Pateras de Vida en Larache. Hace dos noches partió una embarcación desde esa localidad, que habría alcanzado su destino en Cádiz sin ser detectada, puesto que oficialmente no hay constancia de ninguna intervención en la zona.

La estrategia consistiría en enviar de momento sólo pasajeros magrebíes, que provocan menos alarma en las autoridades españolas porque pueden repatriarlos de inmediato. Pero si no hay reacción, poco a poco se incorporarían subsaharianos y asiáticos. Cuando eso ocurra, señaló ayer el Defensor del Pueblo Andaluz, José Chamizo, “será la prueba definitiva de que al rebrote de las pateras procedentes de Marruecos no es una anécdota pasajera o algo ligado al fin del buen tiempo”. Chamizo acaba de regresar del norte de Marruecos y dice que hay miles de subsaharianos a la espera del momento de subir a una patera o intentar el salto de las vallas de Ceuta o Melilla. La persecución de que son objeto por la policía marroquí les obliga a vivir en condiciones penosas, hacinados en chabolas de barrios marginados y sin poder salir para nada por el temor de ser detenidos y deportados.