Los magrebíes retoman las rutas de Andalucía con una oleada de 26 pateras en 48 horas

ABC, 20-09-2006

M. NAVARRETE/B. SAGASTUME. ALMERÍA/SANTA CRUZ.

La calma chicha o al menos estabilidad que vivían las costas andaluzas en lo que a llegadas de inmigrantes se refiere se ha quebrado en las últimas horas en las que tocaron tierra diecinueve pateras en Almería y otra en Motril, primero, con más de 200 personas a bordo y otras seis en las últimas horas de ayer, con unos 60 pasajeros.
Las últimas pateras habían sido avistadas por un helicóptero de Salvamento Marítimo horas antes. Una vez que se las localizó, Salvamento Marítimo y el Servicio Marítimo de la Guardia Civil deplegaron un operativo especial para interceptarlas. Como el lunes, en cada barcaza viajaban sólo una decena de irregulares. Esa era la situación en las costas andaluzas a la que se sumó Canarias, después de un día «fantasma» sin un solo cayuco. Ayer llegaron cuatro con 303 pasajeros a bordo.
La oleada de pateras más numerosa que se ha registrado en aguas de Almería desde octubre del año pasado, debido al buen estado del Mar de Alborán, ha traído a las costas del Levante de esta provincia a un total de 250 inmigrantes magrebíes entre ellos, varias mujeres y menores, a bordo de 25 pequeñas embarcaciones.
La masiva afluencia de pateras, que fue detectada a partir de las 20.00 horas del lunes, hizo necesaria la movilización de todos los efectivos aéreos y navales de Salvamento Marítimo, así como del Servicio Marítimo Provincial de la Guardia Civil y personal de la Cruz Roja, para poder interceptar y atender a sus ocupantes. Pese al elevado número de «sin papeles» en su mayoría de nacionalidad argelina casi todos presentaban un buen estado y sólo un número reducido tuvieron que ser atendidos en centros hospitalarios de la capital con fracturas de dedos y alguna lesión leve sufrida durante el viaje.
Las dependencias del Cuerpo Nacional de Policía se quedaron pequeñas para acoger la nueva avalancha humana, que esperaba la identificación y la tramitación de sus expedientes para ser devueltos a sus países. Hasta finales de agosto habían llegado a las costas españolas por la ruta andaluza un total de 4.329 inmigrantes irregulares, según informó en el Congreso el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba en 2005 lo habían logrado 4.006 personas en el mismo periodo de tiempo. El ministro explicó que «una parte de la presión migratoria se ha desplazado desde el estrecho a Canarias» para añadir que «la inmigración ilegal que llega al sur de España está razonablemente controlada».
Donde no hay control posible por el momento es en Canarias. El respiro ha durado 24 horas, porque ayer otros 303 inmigrantes clandestinos arribaron a las islas a bordo de cuatro cayucos y de una patera, a las costas de Tenerife y de Gran Canaria.
El número de quienes llegaron a Agüimes, en el sur del litoral grancanario, sobre las 4.30 de la madrugada, no se conoce con exactitud, ya que se pudo detener a ocho de sus ocupantes, en dos puntos distintos de la isla, pero se estima que puede localizarse a otros que les acompañaron en la travesía.
Uno de ellos tuvo que ser llevado a un centro de salud al resultar herido tras arribar a la costa. Según los funcionarios policiales, los inmigrantes son de origen magrebí, a pesar de que en sus primeras declaraciones habían asegurado que eran árabes.
Por otra parte, al sur de Tenerife llegaban cuatro cayucos, con más de 260 irregulares, entre ellos, dos mujeres y unos quince menores. El primer grupo lo hizo por la mañana, con 80 personas a bordo, 5 de ellas menores de edad, poco después de las 9 de la mañana y fue remolcada hasta el Puerto de Los Cristianos. Una hora después, llegó el segundo cayuco, con 53 personas a bordo, entre ellas 4 menores de edad. La tercera embarcación transportaba 99 personas, entre ellas 6 posibles menores de edad, y arribó después del mediodía a Los Cristianos.
La cifra no es definitiva, ya que se esperaba la llegada de una quinta embarcación a las costas tinerfeñas. Todos los inmigrantes llegados a Tenerife, de origen subsahariano, presentaban buen estado de salud. El último fin de semana murieron dos irregulares, uno por deshidratación y el otro cuando era trasladado desde una comisaría de la Policía Nacional a un hospital.

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