La izquierda califica de “arbitrarios” los métodos utilizados para la selección

MONTSE CAPDEVILA

La decisión del ministro de Interior francés, Nicolas Sarkozy, de regularizar únicamente a 6.924 padres sin papeles de niños escolarizados en Francia de los 30.000 que presentaron la solicitud ha provocado una agria polémica y las protestas de todos los partidos de izquierda y asociaciones de defensa de los extranjeros, que denunciaron los “métodos arbitrarios” utilizados para la selección. Los excluidos deben ser expulsados, y algunos ellos ya han sido detenidos.
En una intervención televisiva, el ministro de Interior aseguró: “En Francia no existe lo arbitrario. El único criterio de apreciación e intepretación es el de la voluntad de hacerse francés”.

PERDEDORES
Sin embargo, las asociaciones de apoyo a los inmigrantes sin papeles consideran que “en la lotería organizada por el señor Sarkozy hay muchos perdedores”. Estas organizaciones denuncian que en lugar de estudiar caso por caso, el Gobierno se ha limitado a regularizar las primeras peticiones.
Para el resto, oficialmente la única solución es la expulsión. Un padre fue detenido el martes cuando fue a recoger a su hijo a la escuela. Ante esta situación, ayer, muchas familias prefirieron permanecer encerradas en casa y no llevar a los niños al colegio.
La tensión era especialmente patente entre los irreductibles del gimnasio de Cachan, a las afueras de París, unas 200 personas que ocupan los locales tras el desalojo, este verano, del mayor inmueble ocupado de Francia. Familias enteras siguen encerradas en situación más que precaria y con problemas sanitarios, mientras que la policía vigila las entradas para detener a los sin papeles. Esta situación provocó ayer varios incidentes.

MANIFESTACIONES
La Red Educación Sin Fronteras (RESF), que agrupa a las asociaciones de padres y a los sindicatos de profesores para defender a las familias sin papeles de niños y adolescentes escolarizados, hizo un llamamiento a manifestarse en el país, especialmente en París, el próximo día 30.
El primer secretario del Partido Socialista, François Hollande, denunció, por su parte, “un método desastroso”. El líder del Frente Nacional, el ultraderechista Jean-Marie Le Pen, en cambio, acusó a Sarkozy de haber aumentado disimuladamente el número de inmigrantes regularizados, al tiempo que dijo defender un programa de lucha contra la inmigración clandestina.