Investigan al subdelegado del Gobierno en Barcelona por dar 'papeles' a mafiosos rusos
Planells, que se declara inocente, admite que se reunió dos veces con uno de los jefes del clan
El Mundo, 20-09-2006NANDO GARCIA
BARCELONA.-Planells, que se declara inocente, admite que se reunió dos veces con uno de los jefes del clan La Policía está investigando desde hace meses al actual subdelegado del Gobierno en Barcelona, Eduard Planells Indurain, por su supuesta relación con capos de la mafia ruso – georgiana detenidos en diversos puntos de la costa española en junio de 2005. Aquélla fue la mayor redada llevada a cabo en Europa contra este tipo de delincuentes.
Según explicaron fuentes judiciales a EL MUNDO, Planells, que fue con anterioridad coordinador jefe de la Oficina de Extranjeros de Barcelona, está siendo investigado por si cobró por legalizar la situación en España de algún miembro de esta red y de varios compatriotas suyos.
Planells atendió a este diario y reconoció que hace «cuatro o cinco años» se reunió en dos ocasiones en la Delegación del Gobierno con Malchas Tetruashvili, uno de los capos mafiosos que fueron arrestados en junio de 2005. El subdelegado del Gobierno en Barcelona explicó que en la primera reunión estuvo presente incluso «el delegado». Si estas reuniones se llevaron a cabo hace «cuatro o cinco años», como señaló Planells, él entonces estaba al frente de la Oficina de Extranjeros de Barcelona. Según sus explicaciones, Tetruasvili solicitó regularizar la situación de algunos compatriotas para emplearlos en el negocio de la hostelería. Aunque inicialmente se le concedieron los permisos, el subdelegado aseguró que después se rechazaron las siguientes solicitudes que realizó. Planells, que se declaró inocente, afirmó que no volvió a tener más relación con el sospechoso y no supo más de él hasta que le dijeron que lo habían detenido.
Hace poco más de un año, más de 400 agentes participaron en la detención de una treintena de jefes de la mafia procedente de la extinta Unión Soviética afincados en España y que blanqueaban capital a través de millonarias inversiones inmobiliarias. La denominada operación Avispa, dirigida por la Audiencia Nacional y la Fiscalía Anticorrupción, se practicó en las provincias de Alicante, Barcelona – donde se encontraba el núcleo de la organización – y Málaga. Se bloquearon un total de 800 cuentas bancarias y se practicaron decenas de entradas y registros. En Barcelona se produjo la mitad de las detenciones y se incautó valiosa documentación.
Según fuentes de la investigación, en algunas de las conversaciones pinchadas apareció Planells. Paralelamente a las indagaciones, se intentó llegar hasta la persona que habría estado regularizando la situación de estos individuos. Se realizaron interrogatorios en los que se preguntó por esta persona y miembros del Cuerpo Nacional de Policía se trasladaron a Barcelona hace escasos meses «para recopilar información sobre las actividades» de Planells, añadieron las citadas fuentes.
A pesar de que las investigaciones policiales se encuentran relativamente avanzadas y de que la Fiscalía Anticorrupción tiene conocimiento de las mismas, intereses políticos han ido retrasando las diligencias a practicar. Fuentes de la investigación aseguraron a este diario que estaba previsto que «después del verano se pusiera todo en marcha». No obstante, las elecciones autonómicas que se celebrarán el 1 de noviembre en Cataluña podrían dilatar aún más el procedimiento. «La última palabra la tiene la Fiscalía», añadieron las mismas fuentes.
Eduard Planells Indurain es subdelegado del Gobierno en Barcelona desde que fue nombrado por el delegado del Ejecutivo Central en Cataluña, Joan Rangel, el 15 de junio de 2004. Hasta entonces era coordinador jefe de la Oficina de Extranjeros en Barcelona y, por tanto, el máximo responsable en materia de inmigración. Planells ha actuado en ausencia de Rangel como delegado del Gobierno en funciones.
El juzgado central número 4 de la Audiencia Nacional ha coordinado la denominada operación Avispa, que se saldó con una treintena de detenciones de altos cargos de la mafia ruso – georgiana y que sigue abierta. La red operaba en Barcelona, Castelldefels, Málaga, Marbella, Fuengirola, Benalmádena, Torremolinos, Alicante, Orihuela, Benissa y Altea.
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