La Diputación no sólo no está dispuesta a acoger a los niños procedentes de las islas, sino que quiere distribuir los suyos Las comunidades autónomas empiezan a dar largas a la propuesta del Ejecutivo de trasladar a 500 menores inmigrantes desde las islas Canarias a la Península. Si el lunes eran Andalucía y Ceuta y Melilla quienes se negaban a albergar a más niños ante la saturación de sus redes de acogida, ayer fue la Diputación de Vizcaya quien mostraba su rechazo a la iniciativa y pedía seguir el ejemplo canario y repartir a sus menores a otras comunidades.

Mientras la Comunidad de Murcia indicó ayer que nadie ha aceptado compromisos, Baleares consideró que los 30 euros diarios propuestos por el Gobierno central son insuficientes. De momento, Extremadura ha ofrecido 40 plazas de acogida, Asturias unas 14 y Navarra 10, unas cifras bastante lejanas de los 500 que pretende enviar el Ejecutivo.

La Diputación de Vizcaya alertó ayer de que sus centros de acogida para menores inmigrantes no acompañados están «saturados». Según las últimas cifras del pasado viernes, el ente foral tiene bajo su tutela a 238 chavales, un cupo que «no puede ir más allá», tal como afirmó el diputado de Acción Social Juan Mari Aburto, quien exige la distribución de «un número negociado» de menores por el resto de España. Mientras tanto, el Gobierno vasco y las tres diputaciones mantendrán una reunión el próximo jueves para decidir cómo repartirán el grupo de niños que llegarán desde Canarias.

Aburto explicó que en apenas un año Vizcaya ha doblado el número de menores inmigrantes acogidos, pasando de 120 en septiembre de 2005 a los 238 actuales. El centro de Amorebieta, adonde son conducidos nada más llegar, alberga en la actualidad a 83 chavales, a pesar de que su capacidad es de 50 plazas. «Vizcaya no puede más. Canarias necesita ayuda, pero nosotros también y queremos que parte sean distribuidos porque seguro que estamos peor que Andalucía, Valencia, Cataluña y Madrid», aseguró el responsable de Acción Social.

La Administración vasca está desbordada. «Cada acción que hemos desarrollado se ha visto superada en muy pocos días», confesó resignado Aburto.