inmigración ilegal

Un subsahariano muere en una comisaría de Tenerife horas después de llegar en cayuco

Un sindicato policial dice que el extranjero pidió un médico varias veces

El Correo, 18-09-2006

Uno de los 57 subsaharianos llegados el sábado a Tenerife a bordo de un cayuco falleció horas después en la comisaría de Playa de las Américas. Se da la circunstancia de que otro integrante de la expedición ya perdió la vida durante la travesía, mientras que cuatro compañeros ingresaron en un hospital de la isla con síntomas de hipotermia y deshidratación, pero los demás entre los que se contaba el que moriría a última hora de la noche fueron trasladados a dependencias policiales.

Según fuentes de la Confederación Española de Policía (CEP), sindicato que ha difundido la noticia, el inmigrante reclamó asistencia médica en varias ocasiones a lo largo de la tarde, ya que se sentía indispuesto, pero no fue trasladado a ningún centro sanitario ni atendido en comisaría. La situación indignó a sus compañeros, que exigieron insistentemente a los tres agentes encargados de su custodia que avisasen a un médico. Los policías, desbordados por la situación, tuvieron que solicitar refuerzos para aplacar los ánimos de los ‘ilegales’, aunque el conflicto no alcanzó las dimensiones de un motín y se quedó en una «alteración». Finalmente, un facultativo acudió a las 22.00 horas, pero ya no fue capaz de salvar la vida del extranjero, que falleció una hora más tarde a causa de una parada cardiorrespiratoria.

En cambio, la Jefatura asegura que fueron los propios agentes quienes detectaron los problemas del recién llegado y sostiene que éste fue evacuado y murió en la ambulancia. Ayer, por cierto, ingresaron en el Hospital de la Candelaria 13 de sus compañeros de viaje, al producirse un empeoramiento en sus condiciones de salud.

«Muerte anunciada»

El portavoz de la CEP, Rodrigo Gavilán, comentó a la agencia Europa Press que se trataba de una «muerte anunciada» en vista del hacinamiento y las pésimas condiciones sanitarias que presenta la comisaría, desbordada por la continua llegada de cayucos. Gavilán detalló además que en las dependencias sólo hay dos agentes por turno que se encargan de custodiar a 1.200 inmigrantes, de manera que el riesgo de fugas es muy alto. Condiciones similares para la huida se dan, según su versión, en los centros de acogida e internamiento. Finalmente, criticó que los funcionarios no sean objeto de revisiones médicas ni vacunaciones, por lo que ya se ha dado entre ellos algún caso de tifus.

Desde luego, la situación en las comisarías no tiene visos de mejorar si continúa el ritmo de llegada de pateras. Tres embarcaciones cargadas de inmigrantes clandestinos alcanzaron ayer el archipiélago. Las dos primeras escaparon a la vigilancia de las fuerzas de seguridad y tocaron tierra en Gran Canaria, una en la playa de Maspalomas y la otra en Castillo del Romeral, con lo que sus ocupantes pudieron dispersarse por las inmediaciones. La Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía, con el apoyo de agentes locales, establecieron un dispositivo para localizar a los pasajeros de ambas embarcaciones. Lograron detener a 28, entre los que figuraban diez menores. El tercer cayuco, con 104 subsaharianos, fue avistado desde varios yates en Güimar (Tenerife) e interceptado por una patrullera, que los trasladó a puerto alrededor de las 11.00 horas. Según la Delegación del Gobierno en las islas, todos sus ocupantes «se encontraban bien» de salud.

A las pateras que arribaron a Canarias se suman otras dos apresadas en Granada y Ceuta. La primera transportaba a 65 personas, que fueron evacuadas al puerto de Motril, mientras que la segunda llevaba a 16 pakistaníes y dos subsaharianos. La Guardia Civil resaltó la novedad de que el patrón fuese pakistaní y no marroquí, como sucede habitualmente, e indicó que puede tratarse de una nueva estrategia de las mafias para evitar que las detenciones en la ciudad autónoma desmantelen su estructura. Ceuta se ha convertido en un destino habitual para la inmigración ilegal procedente de India y Pakistán, hasta el punto de haber recibido a más de 250 asiáticos entre julio y agosto. El centro de acogida, con capacidad para 512 personas, alberga actualmente a 600.

El barco negrero

El titular de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, insistió ayer en que se están haciendo las «gestiones diplomáticas» necesarias para repatriar a los 160 pasajeros del barco negrero ‘Al Mari’ en cuanto se confirme su procedencia. El ministro expresó su confianza en que las devoluciones se lleven a cabo esta misma semana. «No hay problemas y todo pakistaní que sea identificado como tal volverá a su país», aseguró.

El periódico canario ‘El Día’ informó en su edición de ayer sobre la aproximación al archipiélago de un barco similar, que estaría controlado ya para impedirle alcanzar las islas. Moratinos negó tener «información confirmada» acerca de este hecho y la Armada desmintió que sus buques estén participando en ninguna operación de estas características.

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