LA RUEDA // JAUME FUNES

Desconcierto ante una asociación

El Periodico, 18-09-2006

Jaume Funes, Psicólogo

El derecho a asociarse es universal. Todos podemos hacerlo mientras se respeten determinadas reglas y no se persigan fines ilícitos. No hay ningún límite que tenga que ver con el nombre del grupo o con la rareza de sus formas organizativas. Salvo quien no crea en la libertad, nadie puede objetar nada a que un grupo de jóvenes que viven en nuestro país decida asociarse llamándose Reyes y Reinas Latinos, manteniendo determinadas formas de diferenciación y agrupación juvenil. Sin embargo, algunos políticos y sectores de la ciudadanía han expresado desacuerdos y críticas.
Estas reacciones nada tienen que ver con la realidad. Son el producto del desconcierto ante una realidad que ahora no parece ser lo que se decía que era, angustias ante la posible infiltración en la normalidad colectiva de nuevos peligros juveniles. Algo así como si las autoridades les hubieran traicionado legalizando las asociaciones para delinquir. Nuestros latin kings nunca fueron una banda de delincuentes, aunque algunos de sus miembros -como los de cualquier otra tribu juvenil- cometieran delitos graves. Pero sus estéticas, su ocupación de las plazas, sus difíciles relaciones con otros adolescentes y sus tensiones con la policía -desmesurada y deformadamente difundidas por los medios de comunicación- construyeron una especie de pánico social colectivo.
Sin embargo, son jóvenes en medio de crisis migratorias, con una intensa necesidad de saber quiénes son en entornos de confrontación y rechazo con los jóvenes autóctonos, sin otro lugar en el que estar que la calle, con dificultades de relación con unos padres -a menudo solo la madre- que trabajan precariamente de sol a sol. Parece normal que tengan lugares donde reunirse, que puedan ser un grupo reconocido que se relaciona con otros, que puedan demostrar sus intereses como cualquiera. Pues eso es lo que se ha conseguido durante un largo periodo de trabajo hasta convencerles de que formaran una asociación. Ahora pueden sentir que son jóvenes como los de aquí sin dejar de ser ellos mismos, manteniendo su monarquía como la ilusión de la diferencia, demostrando que no están al margen, que aportan algo a la sociedad.

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