P. S. HERVA/MELILLA

Recordó el máximo responsable del Ejecutivo local que fue hace un año cuando el fenómeno de la inmigración «golpeó» la frontera. Defendió que hoy, doce meses después, este problema debe abordarse «sin ligereza ni voluntarismos precipitados», al igual que sucede con otro tipo de inmigración «que sigue golpeando fuertemente». Se trata de la llegada de los menores extranjeros no acompañados y para solucionarlo, Juan José Imbroda apeló a la colaboración de Marruecos para repatriar a los menores, así como a la modificación de las actuales leyes de protección, «cuestiones que son básicas para la solución de este problema que aquí es grave».

Debido a esa gravedad, demandó la colaboración de la Administración central, así como de las comunidades autónomas, «para hacer más soportable este fenómeno», y reiteró la «voluntad» del Gobierno del PP para que, «dentro de nuestras posibilidades», podamos colaborar con las poblaciones marroquíes del entorno de Melilla».

Transformar la ciudad

Más de diez minutos de discurso oficial del presidente, quien tuvo palabras de agradecimiento a Miguel Ángel Fernández Chico, representante de la Jefatura Superior de Policía, y a Ricardo Ehrlich y Raffaele Rizzuto, dos de las ciudades del mundo que llevan el nombre de Melilla y que recibieron las Medallas de Oro de la Ciudad.

Lejos de desear que su Gobierno se instale en la autocomplacencia, «porque sabemos que hay muchas cosas por hacer», subrayó las «importantes y numerosas» actuaciones «que están transformando nuestra ciudad». «La voluntad del Gobierno que presido es la de seguir trabajando para que el fuerte ritmo de actuaciones no disminuya y, de este modo, seguir haciendo una nueva Melilla para todos», finalizó.