Mariano Rajoy pidió ayer al Gobierno una «rectificación total» de su política de extranjería y menos «declaraciones y gabinetes de crisis». El líder del PP reclamó también una política exterior «seria» y criticó que el Ejecutivo haya enviado al secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Bernardino León, a la Cumbre de Países No Alineados de La Habana en vez de a Senegal para intentar resolver el problema de la inmigración. «El Gobierno no tiene que estar con países que apoyan que Irán tenga su bomba atómica. Debería estar preocupándose de la inmigración y hablando con el Gobierno de Senegal con más firmeza», dijo.


Rajoy respaldó a Josep Piqué como candidato a las elecciones catalanas en un acto que se celebró en la localidad barcelonesa de Viladecans, pero prefirió hablar más de la inmigración que de los comicios del 1 de noviembre. Prometió no hacer demagogia con esta cuestión, sino «ponerse a trabajar» y, aunque admitió no tener una «varita mágica» para resolver el problema, planteó varias medidas, algunas de ellas ya contempladas por el Ejecutivo. Reclamó así una reforma de la Ley de Extranjería para prohibir que haya más regularizaciones masivas, exigió mayor control de las fronteras y demandó mayor compromiso de la UE. Un compromiso que el miércoles pedirá en persona al presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, con quien se entrevistará en Bruselas.


Ya en el ámbito más domestico, el líder de la oposición alabó a Josep Piqué como el mejor candidato para Cataluña, le recordó como «enorme ministro» de Industria y Asuntos Exteriores, y señaló que está en la carrera electoral por la presidencia de la Generalitat «para hacer un Gobierno normal, que se ocupe de los problemas de la gente, que no sea noticia por sus problemas internos». «Seriedad y patriotismo es lo que se le debe pedir», recalcó.


Rajoy también afirmó que el PP es la única fuerza política que en Cataluña, durante los últimos tres años, ha llevado a cabo una verdadera oposición al Gobierno del tripartito, «porque así nos lo encomendó el pueblo catalán». Por esta razón, subrayó que el PP es un partido de Gobierno cuyo objetivo es formar parte del próximo Ejecutivo catalán, «pero no a cualquier precio».


Por último, ironizó sobre las negativas que ha encontrado Zapatero en su búsqueda de un candidato socialista para la alcaldía de Madrid, y vaticinó que el elegido será finalmente el dirigente José Blanco, después de habérselo ofrecido «hasta a El Tato».