BERLIN. - Los peores augurios se hicieron realidad ayer en Alemania. Los neonazis se sentarán en el Parlamento regional de Mecklemburgo – Antepomerania (al borde del Mar Báltico) y ya serán tres los estados en los que contarán con representación.

Así lo indicaban anoche las primeras proyecciones de voto a pie de urna emitidas por las diferentes televisiones, que otorgaban al Partido Nacional Democrático (NPD) entre un 6 y un 6,5% del escrutinio.

Esta formación ya contaba con presencia parlamentaria en el estado de Sajonia, mientras que en el de Brandeburgo son sus aliados de la Unión Popular Alemana (DVU) quienes ocupan la Cámara.

«La Gran Coalición ha hecho maravillas por nosotros», reconocía hace apenas unos días, con una gran sonrisa, el líder del NPD, Udo Pastoers, al referirse al gran porcentaje de «decepcionados» que ha dejado el actual gobierno de la canciller Angela Merkel, en una alianza de la Unión Cristianodemócrata (CDU) con el Partido Socialdemócrata (SPD).

Se da la circunstancia de que Mecklemburgo – Antepomerania (de la ex República Democrática Alemana) es el estado alemán más pobre y con la mayor tasa de paro (30%), y donde estaba previsto que bajara el apoyo a los grandes partidos de la Gran Coalición. No en vano, uno de cada cinco de sus habitantes está desempleado. Los titubeos en la reforma sanitaria – nuevamente retrasada – , los planes para aumentar el IVA del 16 al 19% (en enero) y el aumento en la edad para la jubilación han pasado factura, además de la falta de soluciones para los problemas más inmediatos, según los analistas.

Y si mientras el NPD, durante la campaña electoral en Berlín, mostró actitudes que recordaban a las del Partido Nacional Socialista de Hitler en los años 30 – ataques a actos electorales, palizas a seguidores contrarios… – , en Mecklemburgo era todo lo contrario, se trataba de mostrar un rostro conservador «aceptable». Ante la posibilidad de lograr un escaño, sus socios del DVU les habían enviado 40.000 euros para que hiciesen una amplia campaña de carteles por todo el estado, con mensajes neutros («Trabajando por el pueblo», «Un futuro en lugar de la oficina de desempleo») que podrían haber servido a cualquier otra formación política.

Valores en campaña

Tanto en Berlín como en Mecklemburgo – Antepomerania, los neonazis han centrado su campaña en los valores (trabajo, patria, familia), la expulsión de los inmigrantes y el ataque a las duras reformas que aplica el Gabinete de Merkel. No era raro ver a sus miembros cerca de lugares donde se reúnen los jóvenes repartiendo CD con música local.

«El Gobierno debe buscar formas de imponer una prohibición», aseguraba ayer Dieter Graumann, vicepresidente del Consejo Central de los Judíos en Alemania. Según estas primeras proyecciones, en cambio, poco cambiará en el Gobierno del estado, a pesar de que el SPD (29,3 – 29,9%) y la CDU (28,8 – 29,9%) se disputaban anoche la victoria codo con codo en el recuento. El Partido de la Izquierda (18%), que gobierna en la actualidad coaligado con los socialdemócratas, baja casi un 1,5% pero garantiza el mantenimiento del poder. Por primera vez desde 1990, las elecciones en este estado fronterizo con Polonia se celebraban en fechas diferentes a las federales, lo que según los expertos también ha beneficiado a los pequeños partidos, como el NPD.

En las elecciones que se celebraban en Berlín (estatales y municipales), pocas sorpresas. En la Alcaldía seguirá llevando las riendas Klaus Wowereit (31,2%), quien se hiciera muy popular al reconocer su homosexualidad en el congreso del SPD de 2001. La CDU se quedaría con el 21,6%, su resultado más exiguo logrado jamás en la capital.

En las regionales se impone el SPD, con la curiosidad de que los Verdes alcanzan el mismo nivel que el Partido de la Izquierda (13,6%), lo que podría permitirles alcanzar el Gobierno. Hasta ahora, el PI formaba coalición con los socialdemócratas. En las elecciones precedentes de 2001, los ex comunistas lograron el 22,6% y los Verdes se vieron abocados al 9,1%.

El prusiano Wowereit, Wowo, se convierte en el gran triunfador de los comicios en la capital, donde se esperaba un mayor castigo por la situación de la ciudad – estado (endeudamiento, alta tasa de paro y falta de inversiones). Así, ve relanzadas sus aspiraciones de lanzarse a la política a nivel federal.

El paro en Berlín alcanza el 17,4% (10,5% de media nacional), mientras que su producto interior bruto es de 80.000 millones de euros, similar al de Hamburgo, una ciudad que tiene dos veces menos habitantes.