Las contrataciones de trabajadores extranjeros que realizan los empresarios en los países de origen apenas si representan el 20% de los inmigrantes que llegan anualmente a España. Hasta junio de este año, las empresas trajeron a 116.000 trabajadores con contrato, ya sea a través del contingente anual que fijan el Gobierno y las comunidades autónomas o del régimen general, que no tiene cupo.

El Gobierno reconoce que si la contratación en origen se generalizase -y se practicase en más países como Senegal- podría ser un freno a los cayucos. Según la ONU y la agencia estadística europea Eurostat, el conjunto de los 25 países de la UE necesitarán 44 millones de inmigrantes hasta el 2050 para resolver sus problemas de empleo y de envejecimiento de la población.

Las estimaciones del Ministerio de Trabajo apuntan que el mercado laboral español requeriría entre 800.000 y 1,6 millones de trabajadores extranjeros hasta el 2015.

PAPEL DE LAS EMPRESAS

Pero todas las instancias del país están de acuerdo en que la fórmula de entrada de esta mano de obra no puede consistir en el flujo masivo de extranjeros ilegales. La directora general de Inmigración, Marta Rodríguez Tarduchi, explicó a este diario que la mejor fórmula para casar oferta y demanda de empleo es buscar vías legales de contratación en los países de origen. Eso desincentivaría la entrada de sin papeles “porque nadie se sube en un cayuco si puede evitarlo, aunque los empresarios deben estar dispuestos a implicarse en el proceso”, afirmó.

El secretario general de CCOO, José María Fidalgo, rechazó que la responsabilidad sea solo de los empresarios y apuntó también el papel de la Administración, que no ha creado una red como la que tenían después de la II Guerra Mundial Alemania y otros países.

Las dos comunidades que demandan más mano de obra inmigrante son Madrid y Catalunya. En esta última autonomía, se empadronaron el año pasado 88.000 extranjeros aunque solo 4.000 habían sido contratados en origen. Fue la Unió de Pagesos quién trajo a la mayoría de estos trabajadores legales (3.690), una de las pocas organizaciones que realiza programas anuales desde 1999.

Esta iniciativa ha encontrado un referente institucional único en el país con los servicios de intermediación laboral en origen (SILO) que creó hace menos de un año el departamento de Treball i Indústria de la Generalitat. “Necesitábamos hacer posible un modelo de inmigración sostenible”, señaló Ciriaco Hidalgo, secretario general de Treball.

La Generalitat reactivó el centro que existía en Varsovia para crear una “antena” de empleo en Europa del Este con intención de captar, desde Polonia, a candidatos de países como Rumanía y Bulgaria. A finales del 2005, se inauguró la oficina marroquí de Tánger para cubrir el norte de África y, dentro de unos días, abrirá la de la capital colombiana (Bogotá) para América Latina.

PROMOCIÓN

El director general del Servei d’Ocupació, Francesc Castellana, explicó que, aunque la iniciativa acaba de arrancar, 40 empresas ya han utilizado los SILO y recientemente se organizó una jornada para ofrecer sus servicios a otras 200. “Van a obtener ayuda para la selección de personal, el permiso de trabajo y el visado”, explicó Castellana.

La oferta de empleo se activa cuando está incluida en el catálogo de ocupaciones de difícil cobertura que cada tres meses se consensúa con los agentes sociales. Entre las 101 profesiones con vacantes en Catalunya hay puestos de albañiles, camareros, mecánicos navales, conductores, montadores de ascensores o instaladores de gas.

El SILO busca o ayuda al empresario a encontrar los candidatos fuera de España, garantizando que van a tener un contrato, formación, alojamiento y, si es temporal, un billete de vuelta a su casa. “Me consta que mis colegas de otras autonomías están planteando hacer algo parecido y estoy seguro que antes de seis meses el Ministerio de Trabajo potenciará una red similar a los SILO”, afirmó Castellana.