Mariano Rajoy pidió ayer al Gobierno una «rectificación total» de su política de extranjería y menos «declaraciones y gabinetes de crisis». El líder del PP reclamó también una política exterior «seria» y criticó que el Ejecutivo haya enviado al secretario de Estado de Estado de Asuntos Exteriores a la cumbre de No Alineados de La Habana en vez de a Senegal para intentar resolver el problema de la inmigración.

«El Gobierno no tiene que estar con países que apoyan que Irán tenga su bomba atómica. Debería estar preocupándose de la inmigración y hablando con el Gobierno de Senegal con más firmeza», dijo el presidente del Partido Popular, quien subrayó que «ya no es el momento de las declaraciones, la propaganda o los gabinetes de crisis, sino de la eficacia, de gobernar».

Rajoy respaldó a Josep Piqué como candidato a las elecciones catalanas en un acto que se celebró en la localidad barcelonesa de Viladecans, pero prefirió hablar más de la inmigración que de los comicios del 1 de noviembre. Prometió no hacer demagogia con esta cuestión, sino «ponerse a trabajar» y, aunque admitió no tener una «varita mágica» para resolver el problema, planteó varias medidas, algunas de ellas ya contempladas por el Ejecutivo. Reclamó así una reforma de la Ley de Extranjería para prohibir que haya más regularizaciones masivas, exigió mayor control de las fronteras y demandó mayor compromiso de la Unión Europea para combatir la inmigración ilegal.

Un compromiso que el miércoles pedirá en persona al presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso, con quien se entrevistará en Bruselas. Rajoy señaló que es imprescindible que la UE rediseñe una política de inmigración, ponga en marcha una estrategia común de repatriaciones, con convenios europeos que primen a los países que colaboran para impedir la salida de indocumentados.

Ya en el ámbito más domestico, el líder de la oposición alabó a Josep Piqué como el mejor candidato para Cataluña, le recordó como «enorme ministro» de Industria y Asuntos Exteriores.