Los inmigrantes saben cuáles son las costas europeas donde hay papeles
para todos y, también, dónde arribar sin problemas de ser repatriado
apenas poner el pie fuera del cayuco o la patera. Nos llegan ya desde la
India, Pakistán o Sri Lanka, donde, por cierto, se juntan miles de
terroristas árabes dispuestos a inmolarse ante las barbas de quien sea si
es preciso. Pero Zapatero no parece dispuesto a echar marcha atrás por
mucho que lleguen hasta los esquimales de Alaska porque este asunto con
personas da muchos dividendos. A las mafias de tráfico de esclavos les
importa un pepino la costa donde se arribe porque a fin de cuentas es
problema de quien acoge. Sólo que quien acoge debería pensarse dos veces
si hace el juego a algunas de esas mafias.